“Las pandemias son cíclicas y es un gran error pensar que el tiempo que nos toca vivir va en línea recta. Siempre estamos preocupados por el futuro cuando la vida y la naturaleza nos gritan que, generación tras generación, siempre vuelven. Tenemos pandemias desde la noche de los tiempos, y ya la tenemos otra vez aquí. Pero de ésta también saldremos reforzados, aunque no iguales. Nuestra vida tampoco va a ser exactamente lo mismo. La pandemia es algo circular que nos afecta y obliga a reconstruirnos. De las grandes pandemias siempre salimos más fuertes y con importantes estructuras sociales. Ya pasó en el siglo XIV con la peste negra”. Con estas palabras arrancaba ayer el escritor Javier Sierra (Teruel 1971) su charla coloquio en el Club FARO, donde presentó su último libro “El mensaje de Pandora” y fue entrevistado por el periodista Rafa Valero.

Entre mitos, leyendas y ciencia ficción, Sierra no se cierra a la posibilidad de que los extraterrestres u otras civilizaciones puedan enviar cápsulas con formas de vidas para sembrar el universo. “Si nosotros enviamos misiones espáciales en las que iban microorganismos de forma accidental, ¿por qué no iba a hacerlo una civilización cósmica?”, se pregunta Javier Sierra.

En su libro, a modo epistolar, rinde homenaje a los mayores y a la tradición oral a través de la carta que una tía escribe desde Atenas a su sobrina que está en Creta. A través de sus personajes reflexiona y permite aumentar la perspectiva de lo que ocurre a causa del coronavirus y pone de manifiesto que “enemigos invisibles” como los virus y otros patógenos han influido en la evolución de nuestra especie e, incluso fueron decisivos para la irrupción de la vida sobre la tierra.

Sierra, a través de la historia de la humanidad, la ciencia y la mitología nos descubre que en relatos de la antigüedad ya existían respuestas a muchas de las preguntas que ahora nos formulamos. De ahí que considere “una enorme torpeza no incluir historiadores y sociólogos en los comités de expertos que asesoran a los gobiernos”.

El escritor, Premio Planeta en 2017, viajó hasta el Paleolítico para explicar que fue entonces cuando el hombre metió a los animales en corrales y domesticó también a la naturaleza, al arar, sembrar y manipular genéticamente el trigo, momento en que surge el sector pandémico. El virus, indica, pasa de los animales al hombre, si bien al no haber escritura solo algunas pinturas rupestres dan cuenta de lo que ocurre. Hasta que ya nos llegan los primeros datos de cuarentenas desde Mesopotamia.

Una de las primeras pandemias, de la historia de las que tenemos más datos, incide Javier Sierra, tiene lugar en Grecia, entre los jóvenes de Atenas: “Los griegos aprendieron cómo se contagiaba la enfermedad y dieron los primeros pasos de la guerra bacteriológica. Guardaban las ropas de los enfermos para diezmar a sus enemigos. Cuando había conflictos las distribuían entre ellos. Fueron los primeros en usar bélicamente la enfermedad” . En su opinión, también sabemos lo que va a durar el patógeno: “De dos a tres años nos vamos a tener que aguantar. Con las vacunas frenaremos el virus, pero su desintegración será como el de la gripe española”.

Precisamente, recuerda que de aquella pandemia de 1918 salieron dos cosas importantes: “El sistema de salud público, porque los países se dieron cuenta de su importancia pues no estaban preparados para aquella pandemia que mató a una de cada tres personas, y la importancia del ejercicio físico: el nacimiento del fútbol”. Sierra incide en que la pandemia actual “ya ha cambiado el mundo”. Así, apunta que con la educación online: “Nuestros hijos podrán estudiar en la Universidad que quieran desde casa, por lejos que esté”, mientras que “el éxodo del campo a la ciudad recorre ahora el camino inverso con el teletrabajo. La ciudad cambiará”.

¿Un meteorito letal, origen del coronavirus en China?

Javier Sierra se abre a numerosas hipótesis, incluido que el coronavirus llegara a la tierra en un meteorito letal. En este sentido recuerda que el profesor Chandra Wickramasinghe, director del instituto de Astrobiología de la Universidad de Buckingham, aseguró en un artículo enviado a “The Lancet” que “una bola de fuego excepcionalmente brillante se vio el 11 de octubre de 2019 sobrevolando la ciudad de Sonjyan a gran velocidad a unos 2.000 km de Wuhan, el centro a partir de el cual se expandió el virus”. En la revista científica pedía vigilancia por si se producía en China un brote pandémico. Cuando poco después se anunció el coronavirus, el experto recordó que “la comunidad científica ya estaba avisada” por su artículo. Como no se recuperaron restos del “bólido” , no se pudo analizar nada.

¿Estará la solución en los rayos cósmicos?

Javier Sierra deja abiertas varias preguntas sin respuesta conocida de momento. ¿Por qué científicos aislados en el Polo Sur han padecido Covid-19 sin estar en contacto con otras personas? ¿Por qué se contagiaron 50 tripulantes del destructor Charles de Gaulle, también sin contactos en alta mar? “Son casos extraños, sin una explicación clara. ¿Por qué ha mutado el Sars-Cov-2, y el 1? ¿Qué provoca la mutación?”, se pregunta Javier Sierra, quien apunta que tal vez hay que “buscar la solución en los rayos cósmicos, que tienen su origen en la estrellas que colapsan y que son capaces de alterar la estructura del ADN e incluso la memoria magnética de los ordenadores, según estudios de IBM. Si la concentración de rayos cósmicos pueden cambiar esto, porqué no también los virus?, insiste, a la vez que matiza que “no por invisibles son inexistentes” y advierte de que en cinco o diez años “hablaremos de la meteorología cósmica, porque somos un planeta expuesto a influencias cósmicas”. Además de las nuevas adaptaciones al mundo digital, Sierra avanza cambios importantes en las relaciones sociales por el Covid: “La distancia de seguridad nos va a marcar y va a haber prejuicios durante cinco o seis años”.