Un laboratorio y unos calcetines. Son los ingredientes que necesita Amparo Fortea (adiestradora canina del Grupo de Formación CIM de Valencia) para detectar el coronavirus con uno de sus perros de rastreo. Es tan sencillo como encapsular el olor del virus y dárselo a uno de estos animales. Las primeras pruebas en Finlandia arrojan resultados muy prometedores, mientras que una PCR necesita una gran cantidad de sustancias volátiles de bajo porcentaje (18.000.000 de moléculas) un perro puede detectar la enfermedad con tan solo 100 moléculas.

“Yo tengo tres perros de detección de explosivos en el coche. Si tú mañana me das una muestra y me dices ‘mira María, la Covid huele a esto, la persona que huela a esto está infectada”. “Yo le enseño a mis perros y al día siguiente son capaces de marcar a la gente que llega al aeropuerto”. Así de contundente se muestra María Albert, adiestradora de perros de detección de narcóticos y explosivos en Bétera. Ella es una de las integrantes del proyecto Covid K9-Alert, un grupo de profesionales del sector canino de toda la Comunitat que pretenden crear una manada de perros que puedan ponerse al servicio de Sanidad para ayudar en la detección de personas portadoras de coronavirus.

Perros de rescate, de narcóticos, de explosivos, y hasta perros truferos forman la docena de canes y sus adiestradores que coordina Amparo Fortea, entrenadora en el Grupo de Formación CIM. Todos los implicados son profesionales homologados por consellería de todas partes de la Comunidad Valenciana. Fortea insiste en que cualquier perro es válido para detectar la covid y que pueden hacerlo con más rapidez y precisión que una prueba PCR, con lo que podrían adiestrarse cientos de canes para luchar contra el virus. El único requisito es que tengan hocico.

Parte de los adiestradores caninos del grupo Covid K9-alert junto a sus perros. | // FERNANDO BUSTAMANTE

Nueva herramienta

“Si nos dieran un poco de apoyo, creo que podríamos ser pioneros en Europa, o incluso en el mundo, con esta técnica”

Algunos países de Europa ya han comenzado a explorar esta herramienta en la lucha contra la pandemia. El más avanzado es Finlandia, donde tres perros han comenzado a detectar positivos en el aeropuerto de Helsinki arrojando resultados calcados a la tasa de positivos por PCR en ese mismo periodo. De hecho, la universidad de esta ciudad descubrió que los perros necesitan una cantidad muy baja de sustancias volátiles de bajo porcentaje (de 10 a 100 moléculas) para poder detectar el virus, mientras que una PCR necesita 18.000.000 de moléculas para poder diagnosticarlo. Es decir, los perros son capaces de detectar el coronavirus más rápido (en apenas 10 segundos) y de manera más fiable que una prueba PCR, defiende Fortea. “Si nos dieran un poco de apoyo, creo que podríamos ser pioneros en Europa, o incluso en el mundo, con esta técnica”, dice.

Los canes necesitan solo de 10 a 100 moléculas para detectar el virus

El objetivo último de este proyecto es contar con perros en aeropuertos, zonas transitadas, o para análisis de aguas residuales, que sean capaces de detectar el virus en cuestión de segundos. Pero para ello, el grupo Covid K9-Alert necesita de apoyo institucional que de momento no ha podido conseguir. Los canes están adiestrados, y los voluntarios dispuestos, solo necesitan de los recursos de una facultad de veterinaria y la colaboración de un hospital.

Investigadores en Reino Unido estudian si los perros pueden oler a los enfermos de COVID-19

Investigadores en Reino Unido estudian si los perros pueden oler a los enfermos de COVID-19 Agencia ATLAS

El olor del coronavirus

Primero hay que buscar el marcador. O lo que es lo mismo, el olor característico que desprenden y que tienen en común las personas infectadas con coronavirus. La sustancia se encapsula, se aísla, y se muestra al perro para que la reconozca y la pueda marcar. La muestra puede ser algo tan sencillo como un calcetín de un enfermo de covid en el hospital, según asegura Fortea. La propuesta del grupo Covid K9-alert es trabajar con sudor, ya que es un fluido muy común y seguro porque no puede contagiar el virus. Con la ayuda del laboratorio de una facultad de veterinaria podrían encapsular el marcador (el olor) y ponerse a trabajar en cuestión de semanas.

Muestran una fiabilidad de más del 90%, más alta que una PCR

“Necesitamos la coordinación con un hospital que nos vaya suministrando los marcadores periódicamente"

Además, el apoyo de un hospital y un laboratorio debe ser continuado, porque los perros deben estar al día cada vez que el virus mute. “Necesitamos la coordinación con un hospital que nos vaya suministrando los marcadores periódicamente para ir entrenando a los perros y que ellos estén al día. No sabemos si el virus va a cambiar y el antiguo olor puede quedar obsoleto”. Además, Fortea y el resto de adiestradores necesitan muestras de otras enfermedades similares, como la gripe, para enseñar a los perros qué deben marcar y qué no, para que sepan discriminar la covid de enfermedades más comunes.

En un mes y medio

“Si nos dieran el apoyo mañana, en febrero podemos estar rastreando en aeropuertos y estaciones de metro”, asegura Fortea. Según la adiestradora, el plazo para entrenar a un perro cualquiera desde cero, sin adiestramiento previo, es de un mes y medio. En los ya entrenados, como los que cuenta en el grupo, el plazo es incluso menor, solo se trata de enseñarles a marcar otro olor que pueden dominar en semanas.

Pese a todo, según remarca Amparo Fortea, lo más necesario es el apoyo de la Administración y tener los permisos para que los perros puedan practicar en entornos reales.

"Necesitamos que practiquen para que vayan aumentando su afinidad y ser cada día más efectivos con la detección”

De momento, hacen ejercicios en CENLA, una residencia canina en Llíria (Valencia) que les cede las instalaciones. “Un perro puede hacer 250 personas en una hora, algo imposible con PCR. Necesitamos que practiquen para que vayan aumentando su afinidad y ser cada día más efectivos con la detección”.

Según la universidad de Helsinki, los perros muestran una fiabilidad de más del 90%, más alta que una PCR. “Solo pedimos unas pocas herramientas para que nos dejen trabajar. Un hospital nos proporcione calcetines y un laboratorio con algunos investigadores. Imagina que en los colegios tuviéramos perros detectando a la entrada de las clases. Las posibilidades con estos animales son enormes, por rapidez, por fiabilidad, y por ahorrarse coste en pruebas PCR”, apunta Amparo Fortea.