El Consejo de Ministros dio ayer luz verde a la prórroga del estado de alarma aprobada por el Congreso y volvió a descartar el confinamiento domiciliario de la población, el cual solo será posible si se muda el estado de alarma para incluirlo entre las limitaciones para contoner el coronavirus. El Ejecutivo de Pedro Sánchez espera a ver si surten efecto las restricciones ahora en vigor antes de dedicir endurecerlas en la lucha contra la pandemia. Recluir a los ciudadanos en sus hogares supone un agravamiento de la ya aguda crisis económica del país, y desde Moncloa se resisten a ella, pese a las demandas de Asturias, Castilla y León, Melilla y otras comunidades.

“Confiamos en que las medidas aprobadas por las comunidades autónomas tengan el efecto deseado. Con esa hipótesis trabajamos”, defendió ayer la ministra portavoz, María Jesús Montero e insistió: “Estamos evaluando las medidas puestas en marcha. Si no funcionan, ojalá que no, habrá que replantearlo”.

También explicó que “el decreto de alarma permite una amplia batería de medidas con la contundencia que cada momento exige (... ) Pero con la prudencia que marca ver los efectos de las que tenemos en vigor”.

Montero pidió tiempo, pero los epidemiólogos dicen que nos quedamos sin él ante la escalada de contagios: “En la primera oleada ya aprendimos que las medidas que se aplican tardan varios días en dar resultados. Es pronto para valorar el impacto de este nuevo estado de alarma, que limitó la movilidad en horario nocturno”.

A la espera de si el Gobierno de Sánchez mueve ficha, las comunidades toman sus propias decisiones. Castilla y León anunció ayer el cierre de la hostelería y de los centros comerciales. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP), además pidió al Gobierno que “asuma las medidas de excepción que la excepcional situación requiere”, entre las que se cita “el confinamiento, si fuera preciso”. Y el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas (PP), anunció que hoy solicitará al Ministerio de Sanidad el confinamiento domiciliario, así como el cierre de la actividad económica y social no esencial.

Por su parte, la Generalitat de Valencia prorroga el cierre perimetral de la Comunidad una semana más. Desde el mediodía del viernes está prohibida la entrada y salida de la comunidad autónoma excepto por motivos justificados, ante el crecimiento de los contagios.

El Gobierno de Navarra también amplía durante dos semanas más de las actuales medidas de restricción para intentar frenar la expansión del coronavirus, entre ellas el cierre perimetral de la Comunidad, el toque de queda entre las 23:00 y las 06:00 horas y el cierre de toda la hostelería y restauración.

El Ejecutivo de Aragón también ha decidido confinar perimetralmente las tres provincias, ordenar el cierre de todas las actividades no esenciales a las 20.00 horas (entre las que se encuentran la hostelería, el comercio y las actividades culturales) y decretar el cierre total de todas las actividades deportivas en el interior y de los salones de juegos y apuestas. La razón, según la consejera de Sanidad, Sira Repollés, la situación de “riesgo extremo” por el Covid-19 en la que está Aragón, una comunidad que atraviesa su tercera onda pandémica con más de mil casos acumulados por 100.000 habitantes en los últimos catorce días.