El riesgo de que una infección de SARS-CoV-2 provoque un fallecimiento entre grupos de edad menores de 65 años es bastante similar en todos los países, pero para individuos más mayores, el riego relativo varía considerablemente, según revela un estudio publicado ayer por la revista “Nature”.

La investigación, liderada por expertos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), revela que en las residencias de ancianos, por ejemplo, se han registrado “niveles de transmisión anormalmente altos” comparados con los detectados en la población general, explicaron los expertos.

Para establecer patrones de infección y mortalidad, los investigadores introdujeron en su modelo de análisis datos de muertes provocadas por la covid procedentes de 45 países y resultados de 22 estudios serológicos nacionales.

También detectaron que el número de muertes entre los mayores de 65 años en los 45 países analizados (una medida que establece un factor de riesgo para muertes relacionadas con la covid) es sustancialmente más alto de lo esperado.

Por otra parte, estimaron el número de muertes esperadas para mayores de 65 años en un contexto de ausencia de transmisión en residencias de ancianos.Después, compararon esas predicciones con datos de muertes notificadas en ese grupo de edad, con lo que identificaron disparidades entre diferentes países.

En Sudamérica, por ejemplo, se contabilizó un número menor de fallecimientos notificados entre los mayores de 65 años, si bien los autores lo atribuyen a que, probablemente, las autoridades aportan menos datos al respecto.

“Mientras, en la mayoría de los países europeos, el número de muertes notificadas entre los mayores de 65 años es más alto de lo esperado, como resultado de los numerosos brotes que se producen en residencias”, precisaron.

Este estudio, destacaron, demuestra que al combinar los resultados de pruebas serológicas y los datos sobre defunciones se pueden establecer tendencias en la transmisión y tasas de mortalidad de la Covid-19.