Kike Sarasola lidera Room Mate, cadena con 27 establecimientos y ocho nuevas aperturas en los próximos 18 meses, y Be Mate, la división de apartamentos turísticos. El empresario “nacido hace muchos años en Madrid” es el primer accionista de la compañía, con un 70%, y le acompaña en esta aventura Sandra Ortega –“la mejor socia”–, hija de Amancio Ortega, con un 30 % del negocio. Room Mate desde que ha abierto ha estado “con un 20% en ocupación y precio por encima de nuestros competidores”.

–Este verano aciago, con hoteles cerrados y el panorama actual, ¿qué han hecho?

–¿Además de llorar? [Ríe] Se esperaba un año fantástico, pensábamos llegar a 150 millones de facturación en el grupo y que fuera récord. Por desgracia no ha sido así y nos ha dado tiempo para plantear ideas nuevas en el hotel, afrontar la comunicación del tipo de público que queremos traer... El lado positivo es que hemos tenido más tiempo para hacer una oferta especial.

–¿Cómo están capeando la crisis, y con qué niveles de ocupación?

–Hubo un momento que con 0% de ocupación hotelera. Hemos aprovechado y teníamos 13 de nuestros hoteles y 4 edificios de apartamentos cedidos en distintas ciudades por todo el mundo para acoger personal sanitario, bomberos y hasta personal de las funerarias de París que tenían necesidad. Durante bastante tiempo hemos tenido cero ingresos pero los hoteles ayudando. Ha sido uno de los proyectos más bonitos y que más nos han llenado al grupo y a mí personalmente. Me siento orgulloso de la voluntad y solidaridad de todo mi equipo, ha sido espectacular. Ahora gran parte de la plantilla está en ERTE, cuando hicimos las donaciones no y les seguía pagando el salario.

–¿Se imaginó que esta crisis se alargaría tanto?, ¿se atreve a dar una fecha para la recuperación?

–Soy una persona muy optimista por naturaleza y yo pensé que en julio íbamos a remontar. De hecho, cuando abrimos lo empezamos a hacer y fue a principios de agosto con esa segunda ola y esas situaciones de alarma y de comunicaciones raras entre países y cuarentenas las que hicieron que el turista se asustara y no viniera. Ahora mismo soy muy pesimista. Creo que tiene que haber una concienciación social mucho más grande de la que hay porque esta segunda ola viene por entornos sociales y conductas inadecuadas. No solo hay que esperar a las vacunas, nosotros como sociedad nos tenemos que mentalizar en cuidarnos, ponernos las mascarillas y aprender a convivir con el virus, sobre todo la juventud.

–¿Es posible hacer turismo con el virus?

–Sí, creo que es posible. Deberíamos aprender a hacerlo. Es bueno, para todos, para la economía, las personas, y en nuestros hoteles no hemos tenido ningún problema de contagios porque somos estrictos con los protocolos y a todos nuestros clientes les hacemos test de antígenos gratis a partir del 30 de octubre. Hay formas de hacer turismo, con corredores sanitarios, que no solo tienen que ser a las playas, también a Madrid, a Barcelona, a París, Nueva York... Tenemos que aprender a vivir con el virus. Gracias a Dios el 70% de mis hoteles están fuera de España, y dentro de mi pesimismo estoy optimista porque no dependo solo de un país. Si mañana se recupera Nueva York, Miami o Ámsterdam yo ya he salido de la crisis. Estoy contento de haber diversificado, igual que en la crisis de 2008.

–¿Con qué pérdidas cerrarán 2020 y cómo se verán afectados sus planes de crecimiento?

–La caída de nuestros hoteles va a ser entre un 70% y un 80% de nuestras perspectivas del año pasado. Dicho esto, lo que sí está yendo francamente bien es nuestro negocio de apartamentos; en Be Mate, en lo que llevamos de año, vamos a caer solo un 20%. ¿Al final qué nos demuestra? Que este negocio de edificios enteros de apartamentos ha aguantado mejor la crisis. En Room Mate estamos cerrando un montón de hoteles, por ahora solo le puedo decir las ciudades: Oporto, Ibiza, dos palacetes en Venecia, tres edificios en Roma... Es el momento en que muchas cadenas quieren cambiar de operador y nosotros estamos interesados de entrar en gestión, management o un mixto. Durante la pandemia hemos abierto el hotel Macarena en Madrid y edificios de apartamentos en Málaga, Madrid y México, y hemos firmado dos más en Sevilla y dos más en Málaga.

–¿Qué análisis hace de un país con toque de queda y que plantea estado de alarma hasta mayo?

–Tenemos que aprender a vivir con el virus. Si la gente no lo ha hecho, habrá que tomar medidas. El toque de queda de Madrid me parece más correcto, pero siempre diciendo que a mí todo lo que sean restricciones y prohibiciones no me gustan, pero si en un momento dado hay que poner un orden cívico para que la gente entre en vereda me parece bien. Lo que no entiendo es porque quieren un estado de alarma de seis meses, háganlo cada mes. Hasta mayo me parece una exageración brutal.

–¿El sector hotelero no deja de cuestionar las medidas del Gobierno Sánchez por insuficientes. Las críticas más beligerantes llegan desde Exceltur, ¿las comparte? Y, por cierto, ¿forma parte del lobby?

–No formamos parte, pero comparto muchas ideas. Lo peor ha sido la comunicación de cara al exterior. Hemos creado alarma innecesaria en mercados emisores. Las ayudas han sido insuficientes, por lo menos el 25% de las europeas tienen que dedicarse al turismo, que es trasversal a toda la sociedad. ¿Para qué vamos a tener hoteles si no va a haber bares, restaurantes ni tiendas? Me da mucha tristeza tener una ministra [Reyes Maroto]que parece que no tiene mando. Se han propuesto muchas ideas al ministerio y no se han aplicado casi ninguna. Echo en falta que las distintas asociaciones, algunas por no decir nada y otras por decirle a lo mejor de forma demasiado beligerante, han hecho que cuando tengamos en frente a un enemigo que odia nuestro sector nos hayan puesto la equis. Viendo la animadversión hacia nosotros teníamos que haber hecho una conexión de todos los colectivos, agencias de viajes, etc., no solo los hoteleros, un lobby inteligente para que se nos hiciera caso, cambiando las formas.

–¿Room Mate ve oportunidades en esta época de fusiones?

–Nos encantaría. Estamos viendo ahora mismo oportunidades de crecer individualmente u orgánicamente. Es el momento de grandes fusiones y sinergías. Nos ofrecieron una que se estudió y estamos mirando otra, dentro de España y también hoteleros independientes que quieran que gestionemos sus establecimientos.