El estudio “Publicidad y campañas navideñas de juguetes: ¿promoción o ruptura de estereotipos y roles de género?”, publicado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, dependiente del Ministerio de Igualdad, considera que el rosa es “un color que oprime y reprime a las niñas” cuando se emplea en los juguetes. El Instituto de la Mujer ha elaborado un documento de 190 páginas en las que analiza el sexismo en la publicidad de juguetes. “Las navidades son un momento esperado en el que niñas y niños comienzan a ilusionarse y a fantasear con los regalos que van a recibir”, se explica en la presentación del informe, que afirma que existen “muchas imágenes estereotipadas en la industria del juguete”.

“Hemos llegado a este extremo por una absurda imposición urdida desde el marketing de género en una época [los años 80] en la que la industria no tenía en cuenta a las personas y al medioambiente”, explica el informe, una época que, “sin embargo, todavía mantiene cierto respaldo en algunas administraciones y cierto apoyo social en las redes”, añade.

“La diferenciación y opresión del color rosa sobre las niñas es una constante”, prosigue el estudio, que observa que “la tonalidad principal para las niñas se fundamenta en el color rosa (en ocasiones combinado con malva, fucsia o lila) y su presencia domina tanto el lugar de venta (carteles, cabeceras, lineales…) como el embalaje de los juguetes dirigidos a ellas”.

Precios y lenguaje sexista

Asimismo, el estudio afirma que este tono también está vinculado a un mayor precio.“Es un color que justifica a menudo el encarecimiento del producto: aun no siendo mayoritario, se ha podido detectar que algunos juguetes cumplen esta pauta impuesta por el marketing de género: ‘Si es de color rosa, pagas más’”, destaca el documento.

Por otra parte, el informe sostiene que existe un uso sexista también en el lenguaje con respecto a la venta y promoción de juguetes para niños al no incluir el lenguaje inclusivo. “Las niñas pueden entender que no pueden ser ni aventureras, ni luchadoras, ni científicas al ser invisibilizadas en su mención apelativa”, argumenta.