El presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), Fernando García-Sala, recomienda la vacunación universal de la gripe a partir de los seis meses porque esta enfermedad vírica "se va a confundir mucho" con la Covid-19, con la que coincidirá este invierno.

"Es algo que estamos pidiendo desde hace tiempo", asegura García-Sala, que aconseja vacunar de la gripe no solo a los niños de riesgo (con patología pulmonar o inmunológica), sino a todos, y recuerda que esta vacuna anual es "de las más baratas", "superefectiva", cubre la influenza A y B y los dos serotipos de cada uno de ellos y no produce efectos secundarios.

La gripe, apunta, "es una enfermedad vírica que se va a confundir mucho con la Covid-19, con lo cual me encantaría que todos los niños se vacunen de gripe. Si tengo a un paciente que está vacunado, voy a poder descartar un diagnóstico y centrarme en otro".

El presidente de la SEPEAP reconoce el problema de que pueda haber vacunas para todos, ya que hay grupos de riesgo prioritarios para recibirla y este año, por la pandemia, "la gente se va a volcar para vacunarse y quizás tengamos una falta de vacunas contra la gripe".

Fiebre y PCR

García-Sala lanza recuerda que los niños "tienen fiebre, mocos y diarrea; antes de la Covid-19 tenían mocos, fiebre y diarrea, y no debemos volvernos locos y cada vez que un niño tenga 37,5 grados de fiebre hacerle una PCR. Eso no puede ser porque vamos a acabar con el sistema". A la hora de hacer una PCR a un niño con 37,5 grados de fiebre "tenemos que ser más críticos, buscar algo más, porque pueden tener una otitis o amígdalas. No vamos a hacer 'fiebre, igual a PCR', porque si no habría que hacer una prueba cada día, porque los niños tienen fiebre de forma habitual".

Para García-Sala será "muy importante" el nuevo test rápido de diagnóstico de antígeno, porque se determina en diez minutos si se tiene o no Covid-19.

Asegura que los pediatras están preocupados porque la situación de la Atención Primaria "está desbordada", con agendas de más de 60 niños, algo que "es demencial porque es muy difícil de poder atender", y también denuncia que los protocolos "cambian continuamente" y el pediatra "no sabe qué hacer".