Altamira Gonzalo Valgañón es una jurista feminista española licenciada en Derecho y especializada en Derecho de Familia y Comunitario. Además, desde junio de 2019, es la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.

- ¿Cree que hay que abolir la prostitución?

-A mi juicio, claramente sí, soy feminista y el feminismo es mayoritariamente abolicionista. Creemos que la prostitución es una forma de violencia de género, es violencia sexual sobre las mujeres.

- Todavía hay muchas personas que creen que las mujeres se prostituyen porque quieren y tienen otras opciones, ¿cuál es la verdadera realidad?

-La realidad es que nadie nace para hacer de prostituta ni es una profesión que ninguna persona quiera tener de manera voluntaria. Es una actividad a la que muchas mujeres tienen que recurrir por dificultades para encontrar un trabajo regular y solo en situaciones de mucha necesidad, se recurre a la prostitución.

- ¿Qué opina de las teorías que defienden la legalización de la prostitución y tratarla como si fuera un trabajo más?

-Yo creo que la prostitución no es ningún trabajo normal, como entendemos una actividad profesional más o menos retribuida. Es una actividad de la misma manera que lo era el trabajo infantil o la esclavitud y, sin embargo, estas dos se abolieron porque conculcaban los derechos humanos. Aunque la prostitución genere importantísimos ingresos al proxenetismo (tratantes y negociantes del sexo), este hecho no significa que haya que legalizarlo porque esa reivindicación surge del negocio proxeneta, que es el más beneficiado en todo caso por una regulación. Hay países de Europa que se han decantado por esta opción y la experiencia no ha sido para nada positiva, en la medida que ha fomentado un mayor número de mujeres en el sistema prostitucional. En cambio, tenemos otros países en la UE que han optado por la vía abolicionista y se ha demostrado una reducción del número de mujeres prostituidas.

- La prostitución es un gran negocio que mueve mucho dinero, ¿hay cifras en España? ¿Se sabe cuántas mujeres y niñas son víctimas en nuestro país?

-En la medida que es un negocio opaco para Hacienda y oculto, lo que hay es aproximaciones. En el mundo, según la ONU se mueven 31.700 millones de euros al año y España tiene una parte importante de ese volumen. Se calculaba que podían ser unos 3.000 millones de euros al año en nuestro país, pero es todo muy aproximado porque es un negocio muy opaco para las actas públicas. Aproximadamente 40.000 mujeres y niñas son víctimas de la prostitución en España, la mayoría de ellas son extranjeras (entre un 80 y un 90%). Hay un incremento de niñas en la trata con fines de explotación sexual y, lo que sí se sabe es que el número de locales donde prostituyen a las mujeres es cada vez más grande. En España es un problema que va en aumento, lo cual es una contradicción grandísima en un país en el que hemos hecho de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, una bandera.

- Si no hubiera proxenetas ni demanda de prostitución el negocio se acabaría. ¿Qué retos tenemos como sociedad para acabar con la esclavitud sexual de mujeres y niñas?

-Yo creo que las políticas públicas deberían centrar el foco ahora en los prostituidores, en disuadir la compra de sexo o el sexo de pago. Penalizarlos con delitos que conlleven sanciones económicas o la privación de la libertad, cuando por ejemplo recurran a menores para la prostitución. De la misma manera, opino que es importante centrar nuestros esfuerzos en estas personas para que no hagan demanda de sexo de pago por un lado y, por el otro, en desarrollar políticas muy potentes que den protección a las víctimas y que les ofrezcan recursos para ayudarles a salir de esa situación.

- ¿Hay medios y recursos suficientes para rescatar a las víctimas de la trata y para que puedan denunciar con garantías a sus explotadores y que puedan tener otro medio de vida?

-Sí que habría medios y recursos suficientes para rescatar a las víctimas, lo que ocurre es que hay un problema de prioridades. El dinero y los recursos son limitados pero hay que priorizar y, ahora mismo, España es el país donde más mujeres hay en el sistema prostitucional, esto no puede ocurrir en un país que dice ser democrático y que defiende la igualdad como uno de los principios de toda nuestra actividad, tanto pública como privada. Si no existiese la prostitución no habría trata, entonces es muy importante ayudar y proteger a las víctimas de estas actividades y sancionar a todos los proxenetas cuenten o no con el consentimiento de las mujeres que prostituyen. Hay más medidas en el camino de la abolición que representan que cada vez haya menos puteros: volver a la penalización del destino de inmuebles para burdeles o el alquiler de habitaciones para la prostitución o la publicidad de estos lugares. La prostitución representa otra forma de violencia contra las mujeres, sabemos cómo prevenirla y cómo protegerlas y por ello, tenemos que perseguir a quienes insisten en esas conductas.