NeuroK es la primera plataforma de formación online centrada en la motivación de los alumnos y basada en los principios de la neurodidáctica. Gracias a sus principios y a su apariencia de red social, pone el foco en las emociones como motor de aprendizaje impulsando un auténtico cambio metodológico. “Creemos que el cambio va más allá de la cuestión técnica, con un impacto directo en la metodología docente”, apunta sobre la filosofía de la compañía Agustín Cuenca, CEO de Neurok y profesor en el Instituto de Empresa (IE).

Analiza en una entrevista para FARO la vuelta a las aulas, los resultados de la formación en remoto o los retos del sector educativo para los próximos años.

- ¿Cómo valora la vuelta a las aulas?

- Como una gran oportunidad perdida. En primer lugar, porque el hablar de salud nos ha impedido hablar de educación; y en segundo, porque todo lo que hemos hecho ha sido replicar el modelo anterior, pero con tecnología. Yo he dado clase online y también híbrida y te puedo asegurar que es mucho más difícil de impartir, con más complicaciones a la hora de lograr la atención de los alumnos, y es mucho menos efectiva.

Creo que, además, se ha puesto de manifiesto que como sociedad no le damos la relevancia suficiente a la educación. Que las administraciones hayan empezado a preocuparse por la vuelta a las aulas a finales de agosto es solo el resultado de que, como sociedad, en realidad no nos interesaba el tema.

- En los últimos meses la formación en remoto ha adquirido una gran relevancia, ¿cree que está aportando buenos resultados?

- Una clase mediante videoconferencia es mejor que una no clase, de eso no hay duda, pero la pregunta que debemos hacernos es si esa es la mejor forma de aprender en remoto.

Yo doy clase a estudiantes de 25 años y cuesta mantener su atención, no quiero ni pensar en cómo lo lleva un profesor con alumnos de 12 años. Por otro lado, contribuye a aumentar la brecha social porque no todo el mundo tiene la infraestructura necesaria en sus casas. Impartir clases por videoconferencia requiere que el profesor cambie el planteamiento de la clase, las actividades, los trabajos, etc. Creo que en la mayoría de los casos no se ha hecho.

- ¿ Cuáles son los principales cambios que tendrían que implementarse?

- Deberíamos aprovechar esta crisis como lo que es, una gran oportunidad para replantear el sistema desde cero, sin decisiones aceptadas simplemente porque “se ha hecho así de toda la vida”. Yo no soy experto en educación infantil, pero a partir de esa etapa: ¿Por qué hay que ir a clase a la misma hora y en el mismo lugar con gente de mi mismo barrio y de mi misma edad? ¿Y si el modelo fuese que yo colaborase en una red para aprender con alumnos que comparten mis intereses estén donde estén, tengan la edad que tengan y lo hagan a la hora del día que lo hagan? ¿Y si el colegio se convirtiese en un centro social donde pueda reunirme para trabajar en equipos pequeños, donde pueda participar en actividades de socialización? ¿Y si el profesor deja de ser el que me enseña para ser el que me invita a aprender investigando con mis pares, usando la red y aportando el criterio que el alumno necesita para ir construyendo el suyo propio?

- Parece que la formación online tiene grandes retos por delante en los próximos años...

- Mi honesta opinión es que lo que estamos haciendo no va a producir buenos resultados, que se va a producir un retraso en la formación de mucha gente y vamos a tardar en darnos cuenta del error, pero me temo que solo aprendemos después de equivocarnos. Esperemos que no sea muy tarde.

La tecnología ha hecho que el contenido esté al alcance de la mano. El desafío ahora es ser capaz de despertar en los alumnos las ganas de aprender, y una vez exista esa necesidad en el alumno, las plataformas de formación tendremos la obligación de ayudarles para encontrar la conexión con sus iguales y con el conocimiento.