Las orcas han vuelto a protagonizar otra embestida contra una embarcación en aguas gallegas, algo insólito a nivel mundial hasta hace tres semanas. Las alarmas saltaron con las primeras interacciones, que no ataques, de un grupo de estos cetáceos a dos veleros en las Rías Baixas y, tras otro ejemplo la pasada semana en Cabo Prior (Ferrol), hoy se ha constatado un nuevo capítulo, esta vez, igualmente, en las Rías Altas.

El velero afectado es el suizo Swiss Lady -de 13 metros de eslora y 7 de manga-, que fue dañado cuando navegaba de madrugada a 2,5 millas náuticas (NM) -4,63 kilómetros- de la Torre de Hércules, según ha informado Salvamento Marítimo. El barco, con un tripulante alemán y dos suizos, procedía de Ribadeo y se dirigía a la ciudad brigantina. En un primer momento, el pesquero L'Espoir acompañó a la embarcación, hasta que llegó el Salvamar Betelgeuse para escoltarlo hacia el Real Club Náutico de A Coruña.

Los biólogos no hablan de "ataques"

Los biólogos no hablan de "ataques"

Las primeras noticias de intercomunicaciones entre orcas y barcos llegaron hace tres semanas, y se efectuaron en las Rías Baixas, cuando fueron sorprendidos los veleros Daito -a 5 NM, 9,26 km, de las islas Ons, mientras navegaba hacia Portugal- y el Mirkak, de la Armada -a 2 NM, 3,7 km, de Corrubedo, cuando se dirigía a Baiona para participar en el Trofeo Príncipe de Asturias-. Días más tarde, el velero británico Beautiful Dreamer vivía la misma experiencia a 6 NM, 11,11 km, de Cabo Prior (Ferrol) y con tres marineros a bordo; su timón quedó malparado.

Esta coyuntura fue un hecho inaudito que incluso recogió la prensa internacional. Los biólogos jamás habían constatado un ataque deliberado de una de estas especies a navíos.

Tras las primeras investigaciones, profesionales de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) han observado que estos actos podrían estar siendo protagonizados únicamente por dos orcas, que "pueden ir solas" o mezcladas "en grupo", como explicó a FARO uno de los biólogos de la oenegé marina, Alfredo López.

Lo más probable es que esta pareja se trate de "ejemplares juveniles" en plena etapa de "aprendizaje y de curiosidad" y su fin no sea el de atacar para hacer daño a nada ni a nadie. "No saltan a la cubierta para atacar a la gente", aclaraba López.

Esta cadena de sucesos provocó la consiguiente cascada de preocupación entre los navegantes. Ante ello, Salvamento había emitido una alarma que instaba a mantenerse lejos de estas orcas, pero la Cemma salió al paso para "tranquilizar" el escenario: "Que la gente haga su vida normal, no consta en todo el mundo un ataque premeditado a una persona, ni lesiones ni nada". Con todo, desde la coordinadora no han querido avanzar nuevos datos en el día de hoy y han anunciado que presentarán un informe final la próxima semana.

La presencia de estos cetáceos -que circulan por Galicia unas dos-tres veces cada año- obedece a su impulso natural de buscar comida. Se alimentan de mamíferos y de aves. Bordean la costa desde el Golfo de Cádiz o proximidades hasta Galicia -migración sur-norte (y vicerversa)-, sobre 1.000 kilómetros de periplo, para hacerse con bonito, atún y demás especies de gran tamaño principalmente.