María Soto es especialista en disciplina positiva. En el IV Foro Educación de Faro Impulsa impartirá un taller sobre esta metodología.

- Usted es fundadora de Educa Bonito. ¿En qué consiste?

-Sí, cuando me formé en 2014 en disciplina positiva, en España no se conocía. Solo había 25 personas en España que conocían esta metodología. Yo soy de la segunda promoción. Nos enseñaron cómo difundirlo. Había que ponerle un nombre y pensé que educar es lo más bonito que podemos hacer pero nunca vamos a educar bien porque siempre vamos a cometer errores, entonces, pensé en que debemos hacerlo bonito. Imparto talleres y charlas. Al principio, solo los impartía en A Coruña, pero ahora me llaman de toda España. Me llaman de colegios o ampas para impartir toda la formación entera o sobre un tema concreto.

- ¿Se puede aplicar en niños pequeños de Infantil?

-Sí porque los seres humanos, desde que nacemos, tomamos decisiones, cada uno según nuestro nivel cognitivo en base a los estímulos que recibimos del exterior. ¿Qué ocurre? Los niños pequeños no tienen experiencia previa. Las decisiones que van tomando son equivocadas. Si, desde muy pequeñito, le vas dando pistas de lo que es una buena o mala decisión y vas entendiendo que lo que hace no es un mal comportamiento sino una mala decisión, puedes ir orientándole.

- ¿Me podría poner un ejemplo?

-Imagina un niño de un año que tira un juguete. No tira el juguete porque sea malo sino que está investigando qué pasa cuando tira el juguete. Los adultos, por lo general, no saben eso entonces le riñen o le castigan. Con la disciplina positiva, enseñamos las etapas del neurodesarrollo. En vez de decirle que no tire el juguete, habría que darle una cosa que sí pueda tirar porque el pequeño necesita tirar algo para aprender la profundidad y otras cosas. Lo ideal sería aprender la disciplina positiva desde el embarazo.

- He leído que muchas veces los niños están influidos por el deseo de pertenencia...

-Lo fascinante de las teorías de Adler, fundador de toda esta metodología, es que todos los seres humanos tenemos dos instintos muy arraigados: todo lo que hacemos, sentimos y decisiones que tomamos son movidas por la búsqueda de pertenencia porque somos animales sociales. Necesitamos vivir en sociedad. Desde pequeños, estamos aprendiendo a pertenecer, a que nos tengan en cuenta. En cada situación social, incluso los adultos, tenemos que buscar nuestro lugar. Yo no actúo de la misma forma cuando estoy con mis amigas que cuando estoy con mis hijos porque no pertenezco igual a un grupo que a otro.También es importante la significancia.

- ¿Qué implica?

-Tenemos que encontrar un sentido a nuestra vida. Por eso, hay gente que encuentra su realización personal en el trabajo, dándose a los demás, ayudando... porque vamos encaminados a convivir y a que nuestra vida tenga un sentido.No puedes educar a tu hijo ayudándole en todo porque esa sobreprotección hace que el niño no sienta significancia, le invita a pensar que siempre necesita alguien para hacerlo todo. Esa autoestima se ve superminada, el niño no tiene motivación por aprender porque no le dejan crecer.

- Pero, ¿qué hacer?

-Si yo le explico a mi hijo que no puede gritar y que si grita, le castigo, y que si no grita le doy un premio, le estoy amaestrando. Cuando yo no esté delante, no habrá aprendido a tomar la decisión, a pesar que si grita molesta a los demás o se puede hacer daño en la garganta, porque yo no le he enseñado a formar de un grupo, yo le he enseñado a obedecerme. Así, si yo no estoy delante, es probable que tomen malas decisiones porque piensan que solo se van a portar bien si hay un adulto cerca que les pueda castigar.Y si no lo hay, piensan que pueden hacer lo que les dé la gana.