El Camino de Santiago es ahora un fenómeno internacional que durante décadas estuvo cubierto por la maleza del olvido. En los años 90, el político Víctor Vázquez Portomeñe decidió protegerlo, recuperarlo y ponerlo en el mapa mundial de destinos culturales y turísticos. Nacía así el Xacobeo en su vertiente contemporánea y masiva. En su novela "Brianda de Moás" (Hércules Edicións), Portomeñe -conselleiro en la era Fraga- nos lleva hasta los siglos VIII y IX cuando el sepulcro del Apóstol fue encontrado. La obra está protagonizada por una mujer de enorme hermosura y generosidad, atravesada por un amor maldito.

- ¿Por qué escribió este libro?

-No hay tierra más hermosa que la que vio a uno nacer. Por eso, quería homenajear a mi parroquia, Santa María de Piñeira, en Taboada (Lugo), y a sus vecinos. La escribí durante el confinamiento. Se desarrolla en el marco histórico de los reyes de Asturias. Realmente, en la historia europea se llamaban reyes de Gallaecia porque Galicia comprendía Asturias y la capital era Lugo. Hay un capítulo especial donde aparece Alfonso II y la primera de las peregrinaciones que desde el interior de Lugo arrancó por el Camino Primitivo.

- ¿Se están truncando sus expectativas para el próximo Xacobeo?

-Yo tenía la esperanza de que el Xacobeo 2021 fuese el acontecimiento más 'sonoro' de toda la historia del Camino de Santiago. Aunque yo resucité el Camino en el año 1993 cuando se convirtió en un punto de referencia, este siguió creciendo y creía que la eclosión se produciría en 2021. No cabe duda de que el coronavirus nos frenó mucho y que nos va a frenar pero mantengo la esperanza de que la vacuna nos salve. Como consecuencia, el Xacobeo 2021 sería el acontecimiento que todos soñamos. Tengo fundadas esperanzas en que el coronavirus no tenga fuerza suficiente para frenar a Galicia.

- Científicos avisan de que la vacunación masiva no llegará hasta 2022...

-No puedo decir cuándo llegará. Pero la Unión Europea asegura que en diciembre estarán listas unos millones de unidades destinadas a España. La vacuna de Oxford no es la única a la que ha recurrido la Unión Europea. Los chinos han experimentado una entre cientos de miles de personas. Creen que quedan inmunizadas hasta tres años por lo que no sería necesario repetirla cada campaña. Yo, naturalmente, tengo obligación de creer esto que me dicen los técnicos por una razón: ningún país mínimamente serio y consciente de su amor propio pone en riesgo su imagen inventando algo así. Este es un tema muy sensible mundialmente. Por lo tanto, mantengo la esperanza de que incluso andando el año 2021 se reciba la vacuna, que sería un espaldarazo para acudir a la llamada de Galicia.

- El ejercicio de 1937 fue Año Santo pero, debido a la Guerra Civil, la curia otorgó otro Año Santo para 1938. ¿Defiende hacer lo mismo ahora por el Covid-19?

-Es una posibilidad y, desde luego, Galicia no debería rechazar esa posibilidad de ampliar el Año Santo a 2022, posibilidad en la que están trabajando la Iglesia así como la autoridad civil. Por lo menos, se debería explorar; pero no creo que sea esencial para el resurgir del Camino de Santiago. Se asomó potente el Camino en el Año Santo del 93 pero siguió creciendo en 1994, 1995 y 1996 y no eran años santos. Por lo tanto, el Año Jacobeo es un tema religioso que nos ayuda enormemente y que debemos respetar pero no es completamente esencial para mantener la atracción de la ruta.

- Cuando en los años 90 empezó a luchar para recuperar el Camino de Santiago y lograr (en 1993) que fuese declarado Patrimonio de la Humanidad, se encontró con alguna puerta cerrada que le sorprendió?

-Buff, me encontré con muchas mentes cerradas que me decían que vendía humo pero yo discurrí este sistema de atracción ya en 1990. Yo pensé que había que resucitarlo porque España estaba celebrando los Juegos Olímpicos de Barcelona en Cataluña y la Expo de Sevilla en Andalucía e iban a adquirir un protagonismo esas áreas geográficas. Era un impulso al progreso del que Galicia quedaba lejos por lo que había que buscar para integrar a Galicia en ese movimiento, había que vender algo nuestro. ¿Qué teníamos? El Camino de Santiago.

- Su plan se aprobó con el apoyo total del Parlamento...

-Era un plan de 2.000 páginas que aprobó el Parlamento Gallego por unanimidad. Hubo que rehabilitar el Camino, los monumentos, vender a Galicia, viajar. De aquella, no existía internet. Era necesario acudir físicamente. Yo me reuní con agencias de viajes de Alemania, de Italia, de Reino Unido, de Francia... explicando las bondades que había en Galicia. Fue muy difícil convertirlo en un motivo de atracción pero, al final, se logró y se consiguió con el Camino situar a Galicia en el mapa de Europa y el mundo.

- ¿Usted ha hecho el Camino o es como Paulo Coelho que no lo ha completado?

-Uno de los grandes apóstoles del Camino fue Coelho, pero no es el único. La ruta ha motivado más de 8.000 títulos e innumerables noticias en los medios. Esa fue una revolución que fomentamos desde el año 90.El Camino de Santiago es lo más conocido de Galicia en el exterior.

- Sí, pero ¿usted lo ha hecho?

-Entero desde Roncesvalles hasta aquí, no; pero sí algún tramo; es una vergüenza y lo tengo que reconocer porque hay que decir la verdad. No he tenido tiempo pero siento deseos profundos de hacerlo.

- El año pasado casi 350.000 personas peregrinaron a Compostela, ¿se imaginaba esa cifra en 1993?

-No lo di imaginado pero tenía la esperanza. Pero esos 350.000 son los que obtuvieron la Compostela por lo que es posible que viniese el doble.