El Concello de Soutomaior expresó ayer su pesar por el fallecimiento de dos mujeres en el municipio víctimas supuestamente por los disparos de un vecino de la parroquia de Lourido, por lo que decidió decretar dos días de luto oficial y el izado a media asta de todas las banderas en todos los edificios municipales. Además, el gobierno local suspendió todas las actividades municipales programadas para este fin de semana.

La decisión fue tomada de forma conjunta por los dirigentes de los dos grupos políticos con representación en la corporación municipal. El alcalde, Agustín Reguera, trasladó, en nombre del consistorio y de la población de Soutomaior, su más sentido pésame a los familiares y amigos de las víctimas. El regidor constató la gran consternación y pesar por el trágico suceso y señaló que "Soutomaior es un municipio en el que conviven más de 7.500 personas que rechazan frontalmente cualquier acto violento y que desean disfrutar de la vida de forma pacífica".

La hermana de Genoveva, una de las mujeres fallecidas, aseguraba encontrarse en estado de "shock" tras conocer los hechos. "No sé lo que pudo pasar, conozco a mis hermanos [son siete] y ninguno es conflictivo. No somos una familia que tenga una relación muy allegada pero lo que yo conozco de ellos es que no son personas como para llegar a este extremo", y calificó como "increíble y de ciencia ficción" que el presunto autor tuviera una pistola.

La pareja de una de las mujeres fallecidas, Genoveva G.R., reconoció que apenas tenían relación entre los hermanos, aunque nunca esperaba una reacción así de Miguel G.R. porque no era una persona problemática. "No se hablaban pero dentro de lo que cabe no había ningún conflicto entre ellos, cada uno iba por su lado", y cree que todo pudo deberse "a una escalera" que se llevó Miguel de la finca de su hermana "sin pedirle permiso". "Fue la única liada que tuvieron", señaló.

Una de las vecinas del supuesto asesino, María Esther, no salía de su asombro por el trágico suceso que le costó la vida a dos mujeres. "Para mí Miguel era casi como un hijo. Le ayudaba en lo que podía y muchas veces comía en mi casa. Era una persona educada y amable, no se metía con nadie ni buscaba problemas", indica respecto al supuesto asesino, al que califica como una "víctima de las drogas", ya que asegura que tuvo problemas de drogadicción.