El control de los nuevos brotes de coronavirus centra los esfuerzos de todas las Comunidades Autónomas españolas. La batalla contra la enfermedad Covid-19 ha vuelto a recrudecerse en todo el país ante la afloración de nuevos casos por toda la geografía. Preocupa especialmente la situación en provincias como Barcelona o Lleida, donde el volumen de contagios se contabiliza por millares. En Galicia, aunque la situación por el momento está más tranquila, la aparición de nuevos focos se entrelaza con numerosos casos aislados para volver a combar la curva que tanto había costado aplanar. Han pasado casi 50 días desde que los gallegos entraron en la "nueva normalidad". Aquel 15 de julio el Servicio Galego de Saúde contabilizaba 348 casos activos, una cifra que llegó a bajar a 163 el 23 de julio. Sin embargo, en los últimos diez días los contagios no han dejado de elevarse y este domingo, tras diez días consecutivos de subida, han llegado a los 321.

La mayor parte de estos casos se deben a la incidencia de los focos que ha detectado el Sergas, más de una quincena. Los principales se sitúan en el norte, en A Coruña y Lugo. La provincia lucense, con 70 infectados este domingo, alberga el que hasta ahora ha sido el brote más grande de la comunidad, el de A Mariña, que llegó a rozar los 200 positivos y poner en riesgo la celebración de las elecciones el pasado 12 de julio.

En la actualidad, A Coruña, con 145 positivos totales (118 en el área de A Coruña, 25 en la de Santiago y 2 en Ferrol), es la más castigada a causa del brote de Arteixo, en el que 39 casos se vinculan con un paciente diagnosticado en un gimnasio de Meicende y que también trabajaba como portero en un local de Oleiros. En la ciudad herculina pierde fuerza el foco generado por el Fuenlabrada. El equipo madrileño de fútbol viajó a Galicia para disputar la última jornada de la Segunda División con varios infectados entre sus filas y durante su confinamiento en el Hotel Finisterre llegaron a superar las cuatro decenas de contagiados. Otro de los puntos calientes se produjo en Betanzos con una decena de casos importados desde Lleida y repartidos en dos focos. Una familia de vacaciones en Boiro fue el origen del cuarto brote de la provincia y una persona que viajó desde Brasil produjo el quinto foco en el seno de una familia en A Pobra y Ribeira.

La provincia de Pontevedra convive con 88 casos activos -63 en Vigo y 25 en Pontevedra-. Pero a diferencia de lo que ha pasado en A Coruña, todavía no se han detectado grandes focos. Por el momento se han registrado seis diferentes y ninguno ha superado los 7 contagios. Todos ellos se circunscriben al área de Vigo. Uno de ellos lo formaron un padre, una madre y uno de sus hijos procedentes de Madrid. El segundo se produjo tras una fiesta en un barco en la ría. El siguiente afectó a los Juzgados de Vigo después de que una fiscal que estaba de vacaciones diese positivo. Los otros fueron tres brotes ligados a entornos familiares, uno en Porriño, otro en Vigo y el último también en la ciudad, en el barrio de Coia tras la celebración de un cumpleaños.

En el área sanitaria de Ourense, con 18 contagiados a día de hoy, se han comunicado cuatro brotes diferentes y al igual que en Pontevedra, ninguno supera los diez contagios. El más grande se localiza en el concello de Vilar de Barrio, con 9 casos. Prácticamente al mismo tiempo se notificó un segundo brote de tres personas en Baños de Molgas. De estos casos, tres permanecen ingresados: un matrimonio de nonagenarios y una mujer de 79 años. Este domingo el Sergas avisó de otros dos brotes más, uno en O Carballiño detectado gracias al registro de viajeros y otro en Chandrexa de Queixa. Se tratan de dos núcleos familiares: el primero son 3 personas que se contagiaron a partir de un hombre que venía de Santo Domingo y dio positivo en la prueba PCR y el segundo son 4 pacientes llegados desde Cataluña y Aragón.