Gerardo Herrero (Madrid, 1953) es cineasta. Fundó en 1987 la productora Tornasol Films. Como director se estrenó en 1995 con 'Malena es un nombre de tango'. Como productor está detrás de éxitos como 'El secreto de sus ojos', filme con el que obtuvo un Oscar en 2010. Algunas de sus producciones también han sido galardonadas en Cannes, Venecia o San Sebastián.

- ¿Qué cambia después de ganar un Oscar?

- El Oscar supuso un reconocimiento y sirvió para que la película se viera en todo el mundo y tuviera un gran resultado económico, pero cuando haces la siguiente vuelves a empezar de cero. El haber ganado el Oscar no te da ninguna ventaja más que tener otro proyecto. Muchas películas que he hecho han sido galardonadas en Venecia, en San Sebastián o en Cannes, pero cada proyecto que hago es volver a empezar. Evidentemente los premios te dan satisfacción y sirven para que te conozcan, pero no son determinantes.

- Coprodujo una de las películas de Coppola ¿Piensa como él que un cineasta debe estudiar también finanzas?

-Coppola siempre recomienda a los que quieren dedicarse al cine que estudien filosofía, literatura, narrativa y gestión de negocios, porque hay una parte de la vida de un cineasta que es negociar y tener en cuenta el dinero para trabajar. Francis, gracias al dinero que ganó con alguna de sus películas, tiene una red de hoteles y a su vez también tiene unos viñedos en California.

- ¿Es un buen ejemplo de que siempre se vuelve a empezar de cero, con éxitos y fracasos?

- Todos los directores menos Spielberg han tenido éxitos y fracasos. Creo que Steven Spielberg es el único que no ha fracasado nunca.

- Además de hacer películas, se compromete con los nuevos creadores. ¿Por qué?

- Me gusta esa parte de formación de nuevos talentos y de generar nuevas miradas narrativas. Ese trabajo lo hago en el desarrollo de guiones y de proyectos con una mirada no solamente española sino también iberoamericana. Permite que mucha gente pueda mejorar sus guiones dándoles el tiempo y las ayudas para generar proyectos nuevos para, a partir de ahí, encontrar talento. Algunos de ellos van a fructificar en los próximos años y algunos otros ya están funcionando.

- ¿Cree que las plataformas y las series acabarán con el cine tal y como lo conocemos?

- Antes de la pandemia habría dicho que no iban a afectar al cine, pero ahora creo que sí, que la gente se ha acostumbrado y no tiene tanta necesidad de ir al cine. Yo espero que no sea así permanentemente porque si no, se va a deteriorar mucho la calidad del cine, porque las plataformas quieren productos de consumo fácil y rápido. Sin embargo, creo que el desarrollo de este modelo ha arrastrado a un público mayoritario a ver más películas y más series, por eso también es una oportunidad y es verdad que se ha mejorado la calidad de las series.

- Su productora, Tornasol, también se ha iniciado en ese campo.

- Empezamos con la miniserie 'Cuatro estaciones en La Habana' y ahora estamos rodando 'Ana Tramel. El juego' con Maribel Verdú y Natalia Verbeke. Y seguiremos porque hoy día es muy complicado vivir solo del cine y hacer una serie te permite desarrollar más cosas, dándole más valores a los personajes. Yo confío en que se lleguen a generar productos interesantes por sí mismos sin diferenciarse tanto del cine.

- ¿La Covid-19 ha complicado mucho los rodajes?

- Los protocolos están siendo complicados y están aumentando el coste. Hay que cumplir muchas medidas y comprar muchas mascarillas, creo que en esta serie hemos gastado ya 40.000 euros en mascarillas. Todo eso te lastra beneficios, pero hay que hacerlo pensando en todos.

- ¿Qué debe tener un proyecto para que sienta que quiere convertirlo en película?

- Es como un enamoramiento, después te desilusiona o no, pero tú tienes que apostar, creer en esa película y dedicarle todas tus energías de un año o año y medio. Cuando es así es que has acertado y, si no, te has equivocado. A veces no aciertas por factores externos que no tienen que ver contigo.

- ¿Alguna de sus producciones ha sido tratada injustamente?

- Siempre hay películas maltratadas, pero puedo citar dos de las que he hecho que no han tenido el reconocimiento merecido: 'La vida mancha', de Enrique Urbizu; y 'El otro barrio' de Salvador García Ruiz. Hay un punto de misterio en por qué ocurre esto y también, de oportunidad, de competencia: contra qué otras películas estrenas. Son muchos los factores que tienen que ver: hasta el tiempo que hace influye, y las motivaciones de la gente para ir al cine cambian mucho y unas veces las puedes controlar y otras no.