De un tiempo a esta parte parece que los peces más escurridizos han perdido su característica timidez. Cada vez resulta menos raro que los pescadores avisten ballenas azules, incluso orcas, por fuera de las Islas Atlánticas y hasta cerca de las rías. Pero todavía hay avistamientos sorprendentes, por inéditos o poco habituales al producirse en aguas tan interiores como las situadas frente a los edificios de una ciudad.

Y esto ha ocurrido en la marina coruñesa de O Parrote con un pez espada como protagonista. Para asombroso de los paseantes, el ejemplar deambulaba asomando su puntiaguda espada en medio de los pantalanes donde amarran las embarcaciones deportivas.

Esta es una especie muy difícil de observar tan de cerca de tierra y mucho menos así de tranquila como se muestra en estas imágenes que sus autores pudieron tomar durante varios minutos. Con todo, no es la primera vez que en Galicia un pez espada realiza una incursión "urbana" como esta documentada.

"Siendo raro raro, porque es una especie pelágica, propia de alta mar, no resulta del todo extraordinario". Rafael Bañón, reputado investigador marino vigués, recuerda que hace unos años apareció un pez espada en Arcade, en las aguas más interiores y poco profundas de la Ría de Vigo.

Sobre las causas que pueden originar el acercamiento de un pez espada a zonas como la de Arcade o la de A Coruña, este experto admite la imposibilidad de concretar una hipótesis. "Cuando peces como estos aparecen de vez en cuando en zonas así no hay una norma. Puede ser porque se hayan perdido persiguiendo a un banco de peces o porque estén enfermos", apunta.

Bañón si aprecia un denominador común: todos son alevines, "ejemplares muy jóvenes". Y tal vez por esta juventud el avistado en A Coruña demostrase un carácter demasiado confiado, impropio de un pez espada que en circunstancias normales optaría por escapar a toda velocidad de la presencia humana.