Más de 650 bomberos combatían ayer un incendio forestal de grandes dimensiones en el municipio de Oleiros, en el centro de Portugal, que provocó el fallecimiento de uno de los operarios que trabajaban para sofocar las llamas.

El fuego, que se inició en la tarde del sábado, avanzó durante la noche y se dividió en tres frentes activos, en los que también trabajan más de 200 vehículos de extinción terrestre y once medios aéreos. Por la noche tuvieron que ser evacuados preventivamente vecinos de algunas casas aisladas de la zona.

La intensidad del incendio, que se extendió al municipio vecino de Sertã, obligó a reforzar el combate con más equipos terrestres durante la noche y con más medios aéreos ya durante la mañana de ayer domingo.

Durante las operaciones de combate, uno de los vehículos de extinción sufrió un accidente y provocó la muerte de un bombero voluntario de 21 años de la corporación de Proença-a-Nova y dejó heridos a otros cuatro.

El primer ministro portugués, António Costa, y el ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita, expresaron su pesar a la familia del fallecido en sendos comunicados enviados durante la madrugada.

El distrito de Castelo Branco, donde está Oleiros, se encuentra en alerta amarilla debido a las altas temperaturas.