Más médicos, más enfermeros, un renove tecnológico en los hospitales y centros de salud y una Agencia de Salud Pública, que mejore la coordinación entre las sanidades autonómicas. Estas medidas forman parte de las conclusiones de la comisión para la reconstrucción económica y social del país por la pandemia del coronavirus. Ayer el pleno del Congreso aprobó éstas y otras, pero no todas. La Cámara Baja dio el visto bueno a tres de los cuatro bloques del dictamen (reactivación económica, Unión Europea y sanidad pública), pero rechazó las propuestas sobre política social. PP y Ciudadanos solo dieron el "ok" a las medidas sobre Sanidad y Europa. Las propuestas para mejorar el Estado de bienestar. fueron rechazadas por PP, Ciudadanos, Vox y formaciones nacionalistas como el PNV.

Socialistas y populares pactaron siete enmiendas transaccionales para el acuerdo de Reconstrucción sobre Sanidad, que recoge, entre otras medidas, aumentar con carácter general las plantillas de la sanidad pública "hasta situarnos en la media de médicos y enfermeros por habitante de los países desarrollados".

El Congreso considera que se debe llevar a cabo una planificación "a medio plazo" sobre las necesidades de profesionales en Atención Primaria basadas en indicadores de la población (envejecimiento, ruralidad, vulnerabilidad social y económica, dispersión, etc.). "

El mandato parlamentario, aunque sin rango de ley, también incluye la creación de "Centro Estatal de Salud Pública y Calidad Asistencial". Se estudiará "la fórmula jurídica más adecuada, incluida la posibilidad de una Agencia". El objetivo es lograr "una mejor gobernanza del Sistema Nacional de Salud y fomentar mecanismos de cooperación entre los servicios asistenciales y de salud pública de las comunidades autónomas". La falta de un organismo así fue clave en los errores y tropiezos habidos en el arranque de la gestión de la pandemia.

Otro de los aspectos clave del acuerdo es que acuerdan que "las administraciones autonómicas habrían de afrontar un plan renove para no incurrir en los riesgos y problemas de la obsolescencia tecnológica". "En la Sanidad del Siglo XXI es imprescindible la transformación digital, la inteligencia artificial, el 'Big data', la telemedicina o fa medicina personalizada de precisión. Hace falta definir e impulsar una Estrategia de Transformación Digital con objetivos a medio y largo plazo", explican.

También se ha acordado crear una red de laboratorios de microbiología que, junto con el Centro Nacional de Microbiología, funcionen en red y den capacidad de respuesta rápida y coordinada.

En materia de vacunación se fija que España "ha de contar con una Estrategia de Vacunas en coordinación con Europa", con el objetivo de "acelerar el desarrollo, fabricación y despliegue de vacunas contra el COVID-19".

Como preparación frente al coronavirus, ven "imprescindible" hacer un seguimiento a los pacientes del estudio de seroprevalencia "durante un tiempo determinado para generar conocimiento". Su responsable, Marina Pollán, anunció que la intención es realizar nuevas oleadas en otoño de 2020 y febrero y mayo de 2021.

En el caso de las propuestas sobre política social que han sido rechazadas, el Gobierno puede recuperar algunas medidas cuando presente las cuentas públicas. Entre otras, la entrega de fondos públicos extra para la escuela concertada para afrontar la crisis del coronavirus, una medida a la que inicialmente se opusieron PSOE y Podemos, pero que finalmente asumieron.

Las comunidades científico-médicas han manifestado a través de un comunicado conjunto firmado por la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME) y el Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (IMAS) su rechazo a las propuestas aprobadas ayer, tachándolas de "erróneas".

En dicho documento recogen hasta 68 propuestas en las que incluyen "reformas largamente ignoradas por los gobiernos y los partidos políticos" afirmando que en el lema del "mejor sistema sanitario del mundo" encontraron "la coartada perfecta" para no afrontarlas.

De este modo, solicitan la "participación de los agentes principales del sistema", dedicando el primer apartado de sus conclusiones a la "cogobernanza" del sistema y lamentando que "ni las sociedades científico-médicas ni las asociaciones de pacientes han sido escuchadas.

De este modo solicitan acabar con la injerencia política partidaria y la burocratización del sistema, al tiempo que subrayan que la competencia profesional tiene que ser clave en la gestión del personal. También aluden a la formación médica continuada y a la creación de un modelo asistencial integrado, no "coordinado".

De este modo, lamentan que el Grupo de Trabajo "no menciona ni una sola vez a las sociedades científico-médicas" y que solo se acuerden de las asociaciones de pacientes para "prohibir que reciban financiación de la industria". En otras palabras, consideran que las propuestas aprobadas ayer "dejan al margen" a los dos principales agentes del sistema: profesionales y pacientes.