"Hace años que quería escribir este libro pero no encontraba el momento". Ese instante decisivo, que diría Bresson, arribó cuando, hace dos años, su mujer falleció tras ocho de sufrimiento a causa de un cáncer de endometrio. "Entonces, un día, cogí una libreta, un bolígrafo y comencé a escribir. Plasmé lo que he aprendido", explica José Aznar, psicoterapeuta catalán que ofrece sesiones gratuitas y que hoy presenta en la Libraría Couceiro de Compostela a las 19.30 horas su obra "El ser y el ego. Un camino hacia la luz".

Para él, la lectura es una de las piezas "clave" para las personas "con inquietudes" porque les hace "avanzar, medrar y ver las cosas más claras". En definitiva, invita a liberar cerebro y ojos de las sombras de la caverna.

Le pregunto sobre el temor de mucha gente a una nueva ola de coronavirus, ¿sería mejor no pensar en ello? La respuesta que ofrece Aznar llega en forma de un cuento que leyó en un libro sobre indios norteamericanos. "Un jefe de la tribu le habla a su nieto de nueve años. Le dice que dentro de todo ser humano hay dos lobos en lucha permanente. Uno es el lobo del ser y el otro el lobo del ego. Este último es el lobo del sufrimiento; el primero es el de la positividad. El nieto le pregunta cuál de los dos va a ganar. El viejo le sonríe y le dice: 'Aquel al que tú alimentes'".

El mensaje, subraya, es que "podemos elegir cada uno de nosotros cómo tomarnos la vida, con actitud positiva o negativa. Hay que tener siempre una actitud positiva en la vida; nunca des cabida a la negatividad, tristeza, inseguridad, culpa... Hay que mirar todo desde un lado positivo. El coronavirus se puede vivir desde el ser o desde el ego. Si lo vives desde el miedo, te equivocas. Si lo vives desde el ser, te pondrás la mascarilla".

"Se ha enviado un mensaje de miedo, de obsesión. Cada uno debe elegir su lobo. Lo que no puede ser es vivir desde el miedo", concluye.

Reconoce este hombre de 71 años que le fue "bastante bien en la vida, en lo económico". Su madre le entregó un garaje-gasolinera que le dio acomodo pecuniario. Lejos de malgastar el dinero en las islas o la Costa Brava, se preparó y dedicó su tiempo a hacer psicoterapia gratis. "

Soy feliz", recalca y transmite con su voz. "Yo hago psicoterapia sin cobrar pero también hago terapia para mí. Es una maravilla, el explicarme su historia la gente me hace sacar lo mejor de mí", confiesa. Para lograr esa felicidad, recorre sus conocimientos para que la persona que recurre a él entienda su problema y acabe cambiando.

Pero, ¿a veces no sufre con tanta cosa negativa? ¿Ni siquiera se fatiga con las personas que sólo buscan que las escuchen pero sin procurar un cambio en la actitud? La respuesta de este experto es determinante: "La gente que busca ayuda ha decidido dejar de sufrir; ha tocado fondo y se está buscando a sí misma a través de otro que le puede ayudar, que le puede dar luz como un guía para que confíe en sí misma".

Sin embargo, no hay victoria sin trabajo. "El psicoterapeuta es como Dios. Él nos dio lo necesario para crecer pero somos nosotros los que tenemos que hacer el trabajo. En la terapia, ocurre lo mismo", reflexiona.

En ese camino, hay que una barrera enorme: el ego. "Es el enemigo público número uno porque nos lo montamos siendo niños. Voy a poner un ejemplo. Una niña está en casa, llega el padre enfadado y se enfada con ella. La pequeña piensa en ese momento que no la quiere, claro, porque es tonta, porque es mala... Empieza a pensar eso y acaba creyéndoselo. Ahí nace un sentimiento de inferioridad que le va a acompañar toda su vida hasta que piense que no es inferior".

Aznar concluye: "La única herramienta para el cambio a través de filosofía, religiones, chamanismo, psicoterapia es ser consciente, es la única herramienta. Lo que nos daña a todos es vivir la vida equivocadamente".