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Fernando Delgado: Hay mucha falta de reflexión y de discurso político"

"Desconfío de la teología y de la economía, menos mal que el mundo de la medicina es extraordinario", asegura

Fernando Delgado: Hay mucha falta de reflexión y de discurso político"

La última vez que vi a Fernando Delgado fue el sábado 29 de febrero en Valencia en la presentación de su poemario "La mar desnuda". El 23 de marzo, en pleno confinamiento, concluyó "Todo lo que necesita ser dicho" (Planeta). Un libro donde construye el diario de un mirón con pinceladas donde las políticas son las menos, y la vida la que ocupa más espacio.

- ¿Cómo está el mirón?

- Pensaba que hasta la hora de mi muerte iba a ver unas ciertas rarezas en el ámbito político, económico, social -no digo artístico y literario donde quizás haya de todo-, pero nunca pensé que llegaría esta fiebre de fiebres enfermizas donde no sabemos lo que va a pasar en septiembre. Luego viene el discurso barato y ramplón. Aprovecho para ver a algunos doctores en la televisión que afortunadamente están reapareciendo para dar su opinión.

- ¿El libro es un ajuste de cuentas contra la doble moral?

- Sí, entre otras cosas porque la moral es una forma de conciencia extraordinaria y parte también de nuestra propia sexualidad. Cuando se habla de la sexualidad con ordinariez produce maneras de rechazo, sin embargo forma parte de la intimidad y de la normalidad de la gente.

- ¿Los "fastidiadores de la vida", tal como lo escribe, atacan esa intimidad?

- La Iglesia cae a veces en esta tontería imponiendo a la sexualidad pecado. Con la cantidad de aberraciones, latrocinios y barbaridades que se producen en el seno de la Iglesia por parte de algunos beatos cultivadores de toda esta podredumbre.

- ¿Eso va por barrios o es algo universal?

- Es universal, pero en cambio en los países latinoamericanos la Iglesia tiene un papel de acción voluntaria extraordinaria. Conocí a un agustino vasco cuando presentaba mi programa de la SER, que estaba en América y pedía dinero para llevarse bolsas de cultivos y preservativos. Esta Iglesia entregada de fuera es una cosa y la de los ricos de aquí es otra.

- Repasa la vida y obra de muchos papas. ¿Decepcionado con Francisco?

- Con Francisco quedé admirado al principio porque el anterior, Benedicto, tuvo una Iglesia reprimida y por eso él mismo se salió. Pudo haber llegado como papa un cardenal de Milán extraordinario...

- Carlo Martini al que admiraba.

- Amigo de Octavio Paz y mío. Tenía claridad y las venía venir. Francisco condescendió con Martini y dio una cierta libertad a esto de la conciencia moral. Un discurso blando que lo llevaba a alguna parte, pero lo radicalizaron.

- ¿Cuál es su relación actual con la Iglesia?

- Ahora ninguna.

- ¿Antirreligioso?

- No creo en Dios por la mañana y a lo mejor creo por la noche, pero no estoy muy convencido de estas creencias. Del mismo modo que no estoy convencido de lo que nos está pasando, es una hecatombe de tal naturaleza, donde la economía está en la nube y la verdadera podredumbre está en la alta nube. Poca confianza tengo ya en la divinidad.

- ¿Y en la humanidad?

- La mitad. Hay una extraordinaria y existe otra despreciable. Ante esta situación me quedo un poco desconcertado.

- ¿A dónde lleva esta incertidumbre?

- Desconfío de la doctrina y la teología, pero llego a desconfiar de la economía. Menos mal que el mundo de la medicina es extraordinario.

- "Nunca he entendido bien qué es lo que separa la Iglesia catalana de la madrileña. Ni a los monjes benedictinos de Montserrat, radicales nacionalistas eróticos, de los fervorosos benedictinos, radicalmente franquistas y fascistas, del Valle de los Caídos", no duda en asegurar.

- Claro, esa orden benedictina repartida de esa manera me parece terrible. Ahí tenemos al presidente de la Generalitat, devoto de Montserrat y bendecido por los benedictinos. Cierto nacionalismo catalán es muy religioso.

- ¿Teme que la Iglesia derive hacia discursos como los evangelistas americanos?

- Deriva de formas muy diferentes. La Iglesia en Alemania es otra.

- ¿La derecha española se ha independizado de la Iglesia?

- La derecha española ha sido reaccionaria y con una falsa religiosidad. Ahora hay una derecha más normalizada, más putrefacta, a la que el pecado le sirve de poco porque ya no pasa por el confesionario.

- Evoca a Pedro Zerolo.

- Lo conocí con 10 años de edad. Su padre, Pedro González, fue un gran pintor. Él fue el inventor de las bodas con Rodríguez Zapatero, en un momento en el que el PP condenaba las bodas homosexuales y las llevó a los tribunales, pero luego se le empezaron a casar los suyos y se fueron despistando.

- "Todo lo que necesita ser dicho" es un ensayo. ¿Se encuentra bien en cualquier género?

- No, porque mis ensayos y los artículos son defensivos. Las novelas no, tienen otro mundo, igual que la poesía. Este es un libro más peculiar, hasta el punto que dudé enviarlo, pero ante la epidemia pensé que mejor memorizaba esto.

- ¿Está de acuerdo con el manifiesto de intelectuales de Estados Unidos que critican la intolerancia de la izquierda?

- Estoy de acuerdo. No solo en la intolerancia, sino en la estupidez. Veo debilidades cerca, mundos que no terminan de cerrar mi vida. Hay mucha falta de reflexión y de discurso político.

- "Yo creo en Dios, pero pienso que Él no me tiene en cuenta", se autocita.

- Eso es verdad.

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