La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a 11 años de cárcel a un vecino de Mondariz que abusó sexualmente de forma continuada de una menor a la que su hija tenía en acogida. Además, el tribunal le impuso nueve años de libertad vigilada, así como la prohibición de comunicarse por cualquier medio y de aproximarse a menos de 500 metros de la víctima por un tiempo superior en nueve años al de la duración de la pena de prisión impuesta.

El condenado por un delito de abuso sexual continuado con prevalimiento y penetración también ha sido inhabilitado para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto con menores por un tiempo superior en cinco años al de la duración de la pena de prisión impuesta.

En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a la menor con 25.000 euros.

El procesado, según subraya la Audiencia, tenía "pleno conocimiento" de que la niña tenía 14 años.

Además, los jueces destacan que mantenía "una relación familiar" con la menor, quien presentaba "un retraso madurativo acreedor de un grado de discapacidad del 35 por ciento". No dudan de que el ahora condenado se valió de las circunstancias relativas al déficit cognitivo y al conocimiento de su entorno, la estrecha relación familiar "que mantenía con el acusado, con experiencia vital tan distinta y ascendiente sobre ella".

El tribunal se reconoce en la sentencia impresionado por un relato "sin contradicciones relevantes" y con "absoluta franqueza" de la víctima, que explicó el desarrollo progresivo de su relación con el acusado, hasta llegar a los abusos.