En la ría del Eo, frente a la costa de Ribadeo, se hundió, en 1597, el galeón San Giacomo di Galizia, una de las naves más imponentes de la flota de Felipe II, tras un combate con una cuadrilla formada por navíos ingleses y holandeses. Los restos del navío permanecieron ocultos hasta que, en 2011, el arqueólogo Miguel San Claudio los descubrió, durante una operación de dragado del puerto.
Desde entonces, el arqueólogo ha liderado sucesivas prospecciones para ampliar el conocimiento sobre el pecio. Pero en la última, realizada a mediados de mayo y en la que colaboraban buceadores de la Armada Española, el equipo que encabeza San Claudio encontró con otro tesoro inesperado en el fondo de la ría, y cuyo alcance puede ser revolucionario: un ánfora (recipiente de cerámica de gran tamaño y con dos asas), de tipo griego, y datada en el siglo VI antes de nuestra era.
"Vamos todos los años, un par de veces, a hacer una inspección al galeón. La Xunta de Galicia tiene un convenio con la Armada para que la unidad de buceo de Ferrol colabore en el estudio de la protección del patrimonio subacuático, y entre las intervenciones emanadas de ese acuerdo están las inspecciones al galeón. Fue en la última campaña, cuando estábamos buceando ya de vuelta tras la inspección, cuando encontramos esta ánfora, en la zona entre el muelle deportivo y el muelle comercial de Ribadeo", relata Miguel San Claudio. Además de esta ánfora, los buceadores recuperaron una jarra del siglo XVI, de la misma época que el galeón hundido, en esa inspección. La relevancia del hallazgo es mayúscula: esta ánfora es el elemento más antiguo que se ha recuperado de la zona de navegación del norte de España. Pero, sobre todo, se trata de un testigo de la conexión de las rutas comerciales del Mediterráneo con la cornisa cantábrica.
Del Mediterráneo al Atlántico
"Este hallazgo pone de manifiesto algo que nos indicaban las fuentes documentales y algunos otros hallazgos (como una pieza similar recuperada hace años en A Coruña), como es la presencia de mercancía de origen mediterráneo en el área atlántica. Hallazgos como este son pruebas fehacientes de este comercio entre el Mediterráneo y la costa atlántica. Porque esta ánfora es, claramente, de origen mediterráneo, pero no tenemos seguro de por dónde se produjo el porte, si desde Francia subiendo por el Ródano, o a través de una navegación atlántica. Esas son las dudas que ahora se nos plantean", reflexiona San Miguel.
Destaca además que la fabricación del ánfora se sitúa "casi casi al momento en el que se estaban creando los castros" . Una circunstancia que resulta especialmente sugerente para los investigadores."Dilucidar las cuestiones que plantea este hallazgo bien merece un esfuerzo", concluye.
