Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El albariño hunde sus raíces en la época galaicorromana

Un equipo de científicos y arqueólogos gallegos tira abajo definitivamente que esta variedad proceda del Rhin y que fuese traída por monjes de Cluny

de albariño. // Gustavo Santos

¿Alguna vez se ha parado a pensar qué tienen de común su vida con la de un ciudadano de la Gallaecia romana? ¿Qué tal si comienza por un brindis con vino albariño? Pues sí, unos 2.000 años atrás, posiblemente nuestros antepasados romanos también cultivaban y bebían albariño. La conclusión se obtiene tras un estudio científico del Grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia (CSIC) de Pontevedra y la Universidade de Santiago (USC).

Distintos investigadores gallegos realizaron estudios de morfometría -mediciones y análisis cuantitativo de la forma- de las semillas de vid localizadas en yacimientos romanos de Vigo (O Areal) y Ourense (Reza Vella), así como en uno medieval de Pontevedra (Ponte do Burgo).

Los científicos dedujeron que algunas de las semillas de uva de los restos romanos vigueses en O Areal "son muy similares a las del albariño".

La conclusión llegó tras compararlas a escala milimétrica con las semillas de 24 variedades tradicionales gallegas conservadas por el grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia (CSIC) en el banco de germoplasma de dicho centro.

Los datos recogidos en el estudio, "Morphometric comparison of current, Roman-era and medieval Vitis seeds from the nort-west of Spain", dirigido por María del Carmen Martínez, del Grupo de Viticultura de la Misión Biológica, con el apoyo del arqueólogo de la USC Andrés Teira Brión, acaban de ser publicados en "Australian Journal of Grape and Wine Research".

Su selección para esta publicación supone un gran reconocimiento porque esta es la revista científica de mayor índice de impacto en el campo de la viticultura. Como coautores, figuran otros investigadores de la Misión Biológica como Susana Boso, Jose Luis Santiago y Pilar Gago, así como de la universidad compostelana: María Martín-Seijo.

Vid silvestre en yacimientos

Otro punto destacado de la investigación es que también demostró la existencia de semillas de vid silvestre en los yacimientos gallegos estudiados al ser comparadas con semillas de vid silvestre contemporáneas. Estas últimas proceden de otros puntos de España y fueron aportadas por el doctor Ocete, coautor también del artículo.

Los investigadores consideran, que la similitud entre las semillas de vid silvestre de los yacimientos romanos de O Areal y Reza Vella y las semillas de alguna de las variedades cultivadas actualmente "podrían ser una prueba de la existencia de un proceso de domesticación a partir de variedades silvestres locales, similar al que pudo haber ocurrido en el sur de Francia durante el primer milenio antes de Cristo".

Lo que sí ha aclarado la investigación una vez más, apunta María del Carmen Martínez a este diario, es que "no es cierto que el albariño fuese traído del Rhin por los monjes de Cluny. Las semillas del albariño actual son morfológicamente muy próximas a las de los yacimientos arqueológicos romanos y a las de la vid silvestre".

Para esta científica gallega esto significa que "en la época romana podría existir ya el albariño, que es autóctono de la zona y que podría ser fruto, como explicábamos antes, de un proceso de domesticación local".

Para entender mejor el estudio, hay que saber que la especie Vitis vinífera está dividida en dos subespecies. La cultivada lleva el nombre científico de Vitis vinifera subespecie sativa, e incluye todas las variedades de vid empleadas actualmente para la elaboración de vino.

La silvestre es ahora realmente rara de encontrar. Lleva el nombre de Vitis vinifera subespecie sylvestris.

De esta última no se ha localizado ningún ejemplar vivo en Galicia, pero en las últimas décadas sí se ha encontrado en Grecia, Francia, Rumanía, así como en diversas zonas de la Península Ibérica (Asturias, La Rioja, Extremadura o Andalucía).

Se sabe, sin embargo, que la vid silvestre sí existió en el noroeste de la Península Ibérica desde el Holoceno, porque semillas de la misma han sido encontradas en yacimientos arqueológicos de niveles correspondientes a 3.000 años antes de Cristo.

En el estudio del CSIC y Universidade de Santiago, apuntan que una "fuerte presión agrícola y forestal" (sustitución el bosque autóctono por pino y eucalipto), o la llegada de América a finales del siglo XIX del hongo causante del mildiu, que encuentra en Galicia condiciones extremadamente óptimas para su desarrollo, pueden ser algunas de las causas de que hoy en día no se hayan podido localizar ejemplares vivos de vides silvestres en Galicia.

Lo que está claro es que esa subespecie silvestre es la predecesora de las actuales variedades de vid que hoy conocemos, en las que acabó derivando tras un proceso de domesticación.

Compartir el artículo

stats