El número de fallecimientos por COVID-19 en el Reino Unido se elevó ayer a 43.550, tras registrarse otros 36 en 24 horas, lo que confirma al país como el más afectado de Europa y tercero del mundo por la pandemia. El Ministerio de Sanidad precisó que, de 9,19 millones de tests realizados desde el inicio de la crisis, 311.151 han dado positivo. El Gobierno de Boris Johnson informa solo de las muertes certificadas por una prueba diagnóstica, pero otras estadísticas indican que el número real de decesos atribuibles al coronavirus supera los 54.000.