El estado de Texas decidió dar marcha atrás en su proceso de reapertura de negocios tras registrar varios días de repuntes máximos de contagios, hasta un total de casi 135.000 casos y más de 2.300 fallecidos, comenzando por el cierre inmediato de los bares del estado. Los restaurantes sí podrán permanecer abiertos pero solo para las cenas y sin exceder el 50% de su aforo. La curva de contagios se ha disparado en la última semana, con más de 3.000 casos diarios.