El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, testificó ante la Fiscalía para explicar sus decisiones al inicio de la pandemia y aclarar por qué no se aisló inmediatamente la zona de Bérgamo (norte), de las más azotadas por el coronavirus.

La fiscal de esa ciudad, Maria Cristina Rota, llegó a primera hora de la mañana de ayer al palacio Chigi de Roma, sede del Gobierno, e interrogó durante más de tres horas a Conte en calidad de "persona informada" de los hechos, sin atribuirle por el momento delitos.

Después testificaron la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, y el de Sanidad, Roberto Speranza, dos de los máximos conocedores de aquellos momentos en los que Italia se asomaba ya a la mayor crisis sanitaria de su historia reciente.

La Fiscalía trata de dilucidar las razones por las que la región norteña de Lombardía se convirtió en la más afectada por la pandemia de todo el país, especialmente su provincia de Bérgamo, y si detrás de esta tragedia hubo alguna responsabilidad política.

A finales de mayo también fueron interrogados el gobernador de la región, Attilio Fontana, y su consejero de Sanidad, Giulio Gallera.

El Gobierno central italiano, una coalición entre el antisistema Movimiento 5 Estrellas y partidos de centroizquierda, y el regional de Lombardía, en manos de la ultraderechista Liga, se atribuyen recíprocamente la responsabilidad de la gestión de los primeros días de la crisis.

No trascendieron detalles sobre el testimonio de Conte ante la Fiscalía, si bien siempre ha dicho sentirse tranquilo.

La pregunta de fondo que los fiscales tratan de aclarar es por qué no se aislaron varias zonas de la provincia de Bérgamo desde un primer momento a pesar de que había datos que certificaban que el virus ya recorría las calles y hospitales.

Lombardía, con capital en Milán, acumula 91.000 de los 236.000 contagios registrados en todo el país y las muertes ya superan las 16.000 (de las 34.000 totales).

En la provincia de Bérgamo los muertos oficiales rondan los 2.800 aunque su ayuntamiento estima que en realidad son unos seis mil.

Todo empezó el 21 de febrero, cuando se confirmó el primer caso de contagio en el municipio lombardo de Codogno. Un día después el Gobierno aisló once focos, diez pueblos de Lombardía, de la provincia de Lodi, y otro en el Véneto. Sin embargo en esa lista de pueblos cerrados no figuraban dos en los que los casos ya comenzaban a acumularse: Nembro y Alzano, zonas de alta concentración industrial en la provincia de Bérgamo.

El aislamiento de estos dos municipios no llegaría hasta el 8 de marzo, dos semanas después, cuando el Gobierno decretó el cierre de toda la región y territorios aledaños.

Los familiares de las víctimas de Nembro y Alzano han denunciado ante la Fiscalía que durante esas dos semanas el virus circuló por la zona libremente, por lo que la situación devino en crítica. En un mes Nembro enterró a 145 vecinos y Alzano a 122, muchos de ellos fallecidos en las residencias de ancianos.

Una de las grandes sospechas es si los responsables políticos recibieron presiones por los empresarios para no aislar y detener la producción en esos dos municipios, muy industrializados.