Singapur iniciará la semana que viene la primera fase de un ensayo clínico en humanos de un tratamiento de anticuerpos contra la COVID-19. La farmacéutica singapurense Tychan, creadora del tratamiento, indicó que el ensayo se realizará en el centro de investigación médica SingHealth y durará unas seis semanas para evaluar la seguridad y tolerancia en humanos.

Los científicos esperan que el anticuerpo, identificado como TY027, pueda frenar la progresión de la enfermedad y acelerar la recuperación, al tiempo que provea protección temporal ante las infecciones causadas por el coronavirus SARS-CoV-2. Si esta primera fase se supera con éxito, Tychan pedirá autorización para realizar un ensayo clínico más extenso.

Hasta el momento no se ha desarrollado en el mundo ningún tratamiento con anticuerpos ni vacuna contra el nuevo coronavirus, indicó la farmacéutica, participada por el Estado de Singapur.

El presidente de Tychan, Teo Ming Kian, afirmó que, si bien pasarán meses antes de que se sepa si el tratamiento es efectivo, son optimistas por la experiencia que tienen de otros anticuerpos que han desarrollado en el pasado contra el zika y la fiebre amarilla.

Plasma de recuperados

La multinacional de hemoderivados Grifols ha iniciado la producción de su inmunoglobulina hiperinmune con anticuerpos específicos contra el virus SARS-CoV-2 a partir del plasma de personas que han superado la enfermedad.

En un comunicado, la multinacional catalana ha explicado que tiene previsto producir las primeras dosis en julio, en el marco de un ensayo clínico, que ya era la fecha apuntada inicialmente por Grifols.

Grifols sostiene que se trata del primer tratamiento para combatir específicamente el nuevo coronavirus desde el terreno plasmático.

La producción de inmunoglobulina anti-Covid-19 es fruto del acuerdo anunciado por Grifols a finales de marzo de colaboración con diversas instituciones estadounidenses y organismos federales de salud pública de ese país para recoger plasma de pacientes recuperados de la COVID-19, procesarlo y producir inmunoglobulinas hiperinmunes.

Ya hace algunos años, a raíz del brote de ébola en África, Grifols puso en marcha un proyecto que le llevó a finales de 2018 a procesar plasma procedente de supervivientes sanos del ébola de Liberia, que utilizó para producir inmunoglobulina anti-ébola y tratar a la población afectada por esa enfermedad en otros países de África.

Por su parte, la biotecnológica Moderna ha anunciado este jueves que en julio comenzaría la tercera fase -y final- de su vacuna contra la COVID-19, en la que participarán unas 30.000 personas, y con la que espera evitar casos sintomáticos del virus, prevenir la aparición de pacientes severos con la enfermedad para que no tengan que acudir al hospital y prevenir la infección.

A través de un comunicado, Moderna, con sede en Cambridge (Massachusetts) ha afirmado que podrían manufacturar entre 500 millones y 1.000 millones de dosis al año a partir de 2021 tras llegar a un acuerdo de colaboración con la farmacéutica suiza Lonza, a la par que han garantizado la distribución de las dosis necesarias para completar el estudio.