Poco o nada tendrá que envidiar el puente que se prepara sobre el río Paiva, en Portugal, a la icónica silueta de Rande. Los portugueses llevan meses trabajando en un proyecto de ingeniería hasta ahora nunca visto: un viaducto peatonal colgante que superará los 500 metros de vano.
En concreto, se trata de una estructura de 516 metros de largo que se suspende a 175 metros de altura sobre el agua y que apunta a convertirse en un gran atractivo turístico en las proximidades de Oporto, en el municipio de Arouca.
Todavía es pronto para saber si podrá competir con Rande en el premio al mejor puente del mundo, pero la obra se llevará el título a la estructura peatonal de este tipo más extensa de la historia, superando al Zematt de Suiza. Los que se atrevan a pasar por el 516 Arouca recorrerán a pie una distancia mayor que la del vano del propio puente de Vigo y a más altura, ya que este mide 401 metros y se eleva sobre la ría a 128.
La obra aún no está terminada y todavía hay cinco alpinistas que trabajan en las alturas para acabar el proyecto en el 2020. La fecha inicial para abrir al público era junio y, aunque en la Cámara no concretan de cuánto será el retraso, mantienen que se podrá estrenar este año pese a la pandemia del Covid-19.
Mientras el coronavirus mantiene en jaque al turismo con los cierres de fronteras, la administración portuguesa estudia el régimen de visitas que tendrá el puente y el precio para poder atravesarlo. Los trabajos se encuentran ya en el tramo final, quedando pendiente la realización de pruebas de funcionamiento y de experiencia de servicio, para garantizar la seguridad de los aventureros que tendrán que cruzarlo por una pasarela de 1,20 metros de ancho.
