Los efectos del Covid-19 dejan su huella en todos los sectores. Afectada con paralizaciones y una lenta reactivación, la industria española se enfrenta a una crisis diferente a todas las demás, en la que las medidas sanitarias, de higiene y prevención suponen un reto sin precedentes. Un desafío que precisa respuestas. La automoción, uno de las principales puntas de lanza económicas en España y, en concreto, en Galicia (representa el 15% del PIB gallego), urge una "reacción" al Gobierno para intentar dejar atrás las consecuencias de la pandemia. El sector mira de reojo a otros países como Francia o Alemania, que dotaron a sus industria del auto de 8.000 y 2.500 millones de euros respectivamente, mientras apuestan por intensificar la competitividad de sus plantas (la de PSA en Balaídos es experta en ello) frente a las de los países del norte y por la innovación para destacar ante sus competidores del sur.

Todos estos temas son los que pusieron sobre la mesa tanto el director del Clúster Ibérico del Grupo PSA, Juan Antonio Muñoz Codina, como el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, durante la última edición de los Diálogos para la Reconstrucción, impulsados por FARO DE VIGO. Una mirada al sector del auto que solo entre la planta viguesa del grupo galo y la potente industria de componentes genera 24.400 empleos directos en la comunidad gallega y el año pasado, en el que se batieron todos los récords, alcanzó una facturación de 9.700 millones de euros.

Plan para que el sector resista

Para Codina, el Covid-19 "lo único que hace es poner todavía más de manifiesto las dificultades y amenazas que tiene y siempre ha tenido" la automoción. El dirigente, que tras pilotar las plantas de Mangualde y de Vigo fue elegido para tomar las riendas del polo ibérico en 2018, apuesta por lo mismo que ha abanderado PSA en los últimos años: la competitividad. "El futuro reposa en lo mismo que ha reposado hasta ahora; un vehículo hecho en Vigo tiene que ser competitivo respecto a fábricas al norte de Europa", explicó.

En el foro, moderado por el redactor jefe de FARO José Carneiro, Codina puso de manifiesto que "en momentos de crisis es cuando los Gobiernos salen más en apoyo del sector", en clara alusión a las medidas que están tomando otros países del entorno. Por ello, Conde cree que es el momento de "reaccionar", algo que ya ha hecho el sector "desde el punto de vista de adaptarse a las medidas de seguridad", pero que precisa de un empujón desde la Administración central.

"Francia ya lo ha hecho y entendemos que España también lo debe hacer", apostilló el conselleiro. Una opinión que Codina refrendó recordando que "en el auto lo que se deja de hacer hoy o se hace mal se paga en tres, cuatro o cinco años", en alusión al reciente anuncio del cierre de la planta de Nissan en Barcelona, que deja a 3.200 trabajadores directos en la calle.

Y es que, para el conselleiro, el plan de ayudas anunciado por Moncloa "llega tarde". Las medidas todavía están por anunciar -"no conocemos ningún aspecto de su contenido", apuntó-, pero desde la Xunta creen que deben estar centradas en dos aspectos: el "incentivo del consumo", más ambicioso, y un "programa orientado a la competitividad industrial en innovación y formación".

Anticipación y competitividad

Los protagonistas del foro, que contó con una buena participación online, repitieron varias veces dos términos: "anticipación" y "competitividad". En lo que respecta al primero de ellos, ambos recordaron la importancia de dar el primer paso ante "las demandas del sector" para allanar el camino en los momentos de crisis. Más aún cuando se está en ella. "En Galicia las cosas se han hecho bien y tenemos que seguir haciéndolo. Y mejor que los demás, tanto para la planta de PSA como la industria de componentes", indicó Conde.

El miembro del Ejecutivo gallego opina que esta anticipación en el sector del auto "pasa por invertir en I+D". "Hay que apostar todos los recursos, los de la comunidad autónoma y los que pueden derivarse del plan del Gobierno, además del Next Generation de la Unión Europea", insistió.

En cuanto a la competitividad, palabra mencionada sobre todo por parte del dirigente del grupo francés, en la planta de PSA en Vigo saben mucho. "Todas las relaciones sociales en todo este tiempo han permitido acuerdos que hacen que sea competitiva", explicó Codina sobre Balaídos. "Lo que nos ha distinguido hasta ahora es el nivel de relaciones sociales que nos ha permitido discutir poco sobre los qué y más en los cómo", recordó.

El aspecto laboral, variable con gran peso dentro de las plantas de fabricación al ser "el coste número uno", tiene todavía margen de mejora, lo que a juicio del conselleiro "es compatible en términos de calidad de empleo". Por eso, el responsable de Economía, Emprego e Industria cree que hace falta "un mercado laboral competitivo y flexible para dar respuestas a las necesidades del sector".

El importante coste energético y las rutas marítimas de Vigo

Además de la mano de obra, el responsable del polo ibérico de PSA también puso encima de la mesa aspectos como la proximidad o el gasto energético. En el primer caso, Codina apuntó como "una ventaja competitiva" que el tejido de empresas de componentes "esté más cerca". "Hoy en día competimos con países que nos lo ponen más difícil; tenemos que apoyarnos en la logística y creo que es perfectamente posible", comentó.

Para impulsar esa logística, la planta de Vigo cuenta con algo que no todas tienen: un puerto de primer nivel. "Se usa la vía marítima como elemento de competitividad", indicó Codina, que hizo un llamamiento a "aprovechar y equilibrar" las rutas que contactan con la ciudad olívica para enviar y recibir cargas de componentes, sobre todo con Tánger "a medida que esa localización de proveedores en Marruecos pueda beneficiar a los vehículos de la planta de Vigo".

En lo que respecta a la energía, el exdirector de la planta de Balaídos señaló que su coste supone "un diferencial muy importante" en cuando a la competitividad de plantas como la viguesa, pendiente de la subestación ya proyectada por Red Eléctrica de España (REE). "Es un tema mayor para nosotros, de ahí que siempre impulsemos conectarnos a una red de alta tensión. Simplemente para acceder a un coste del kilovatio más bajo", incidió Codina.

Conde, por su parte, recordó que la subestación "ya debería estar empezada" y alertó al Gobierno a "no olvidar" que "tiene que aceptar la singularidad del polígono de Balaídos". "Queda trabajo por hacer en todo en términos de competitividad. No podemos dejar nada sin vigilar ni sin tocar", advirtió Codina.

A preguntas de los asistentes, el conselleiro citó el caso de Alcoa (que anunció la semana pasada el despido colectivo de hasta 534 trabajadores en San Cibrao, Lugo) como otra industria muy afectada por el coste energético. A su juicio, el caso de esta firma "no está al margen de este debate" y lo señaló como ejemplo de la necesidad de "tener un precio competitivo frente a tus competidores". "En el nuevo Fondo Europeo habrá diferentes proyectos y pedimos al Gobierno de España que incluya a las industrias hiperintensivas y al sector del aluminio", indicó

I+D como hoja de ruta para atraer nuevas inversiones

Tras haber dejado atrás un año en el que se volvieron a rebasar los 400.000 vehículos producidos con los nuevos comerciales ligeros K9 (Berlingo, Partner/Rifter, Combo y Proace) y el todocamino 2008, la planta de PSA Vigo y el sector de la automoción se enfrentan ahora tanto a la necesidad de dejar atrás la crisis del Covid-19 como a captar nuevas inversiones, como hace el norte de Portugal o Marruecos, los principales competidores para esta industria gallega. "Es una realidad que no debemos de olvidar. Nuestra competencia está más en el sur que en el norte: la posición de PSA en Galicia nos tiene que llevar a un optimismo prudente", reconoció Conde.

Conscientes de que es imposible alcanzar los objetivos fijados antes de que finalizase el pasado año (se preveía llegar a los 550.000 vehículos producidos en Balaídos) y que la pandemia truncó la mejor racha de la historia del motor vigués, tanto Conde como Codina reafirmaron la apuesta de Galicia y PSA por el coche del futuro. "De lo que tenemos que hablar es de innovación, de formación y de cómo poder posicionarnos ante los retos de la movilidad sostenible, el coche conectado y el coche autónomo", apuntó el conselleiro.

Conde recordó que los nuevos modelos encargados a la factoría de Balaídos no supusieron la instalación de nuevas empresas en la comunidad gallega. "Es verdad que en estos dos lanzamientos hubo menos captaciones de industrias de componentes; tenemos que consolidar lo que tenemos en los desarrollos futuros que puede tener el coche eléctrico, autónomo y conectado", indicó Conde. Para ello, "el camino" que fijan desde la Xunta es la apuesta por el I+D, "diferenciarse", algo que "sale de lo que hagamos hoy".

"La gran batalla que se ha ganado en Vigo es ser de las primeras plantas que se han hecho con un vehículo eléctrico. Es el punto de referencia, no está en cuestión en estos momentos", señaló por su parte Codina. No en vano, otras plantas del grupo se posicionaron para pujar por los nuevos modelos surgidos para acompasarse a los objetivos fijados por Bruselas. Sin ir más lejos, el pasado febrero la dirección de Mangualde (entonces en manos del vigués José María Castro) mostró sus aspiraciones de que los vehículos eléctricos representen el 70% de su producción en 2025. "PSA ha hecho el trabajo, dispone de la tecnología, ha llegado a tiempo y estamos cumpliendo los requisitos", indicó Codina.

El futuro de las ventas

Con una dura crisis ya comenzando, otro de los retos a los que se enfrentará el sector del auto es el de reactivar el consumo. "No hay visibilidad de dónde va a aterrizar el mercado. A nadie se le escapa que sin ventas no hay producción, de ahí viene la necesidad de reactivar el mercado para recuperar lo antes posible el nivel que nos ha traído hasta aquí", explicó Codina.

Para lograr dar la vuelta a las malas cifras del confinamiento (solo en mayo las matriculaciones se hundieron un 63% en Galicia), Conde cree que "la clave es impulsar iniciativas en la demanda". "La labor de comercialización es fundamental, pero hay que trasladar confianza al consumidor", resaltó el conselleiro.