Dejar opiniones en redes sociales es algo arriesgado. Y si no, que se lo pregunten a la dueña de una sidrería de Gijón que harta de que algunos clientes dejaran opiniones negativas sobre su restaurante decidió empezar a contestar a algunas de estas críticas no sin cierta coña. Y es que los hosteleros cada vez están más pendientes de lo que se dice de ellos en páginas como Tripadvisor. Los empresarios de toda Asturias son conscientes de que los futuros clientes bucean en la red buscando fotos, promociones, precios y opiniones. Hoy en día casi nadie reserva en un restaurante sin que el "boca a boca" de la red (o de amigos muy cercanos) se lo recomienden. Por eso no es de extrañar que las respuestas de los hosteleros a las críticas se repitan.

En este caso el "zasca" vino de un hostelero de Oviedo harto de un cliente que se quejaba de que no le habían invitado a unos chupitos. El empresario asegura que en este caso no estamos ante la típica "invitación de la casa" sino que los clientes habían pedido el chupito. Y si se pide, se paga.

Todo empezó por el comentario dejado por el cliente (se supone que apenas unas horas después de comer en el establecimiento). La cosa empezó bien. "La verdad que la comida, empieza relatando el cliente en cuestión. "Lo que no comprendo", añadió, "es que después de tal espera la casa nos ponga dos chupitos y se dignen a cobrárnoslo". "En mi opinión cuidan poco a la clientela, si queréis ir reservar, si os apuntáis en la lista el mismo día puede que os quedéis sin hambre de tanto esperar", remató el cliente. La respuesta del dueño del local no se hizo esperar.

"Cuando usted dice que la casa le puso dos chupitos, ¿quiere decir que se lo ofrecieron como invitación (cosa no habitual) o que los pidió usted?", se pregunta el dueño del local asegurando que al cliente se le había advertido del tiempo de espera "cuando se apuntó". "Nosotros no podemos, sentenció.

Muchos hosteleros se quejan de que muchas veces quienes critican sus locales ni tan siquiera han comido en ellos. "No se exige que se presente una factura o un tique de compra, puede opinar cualquiera", se quejaba hace no mucho un cocinero asturiano reconociendo incluso que en no pocas ocasiones "es la competencia la que te pone opiniones malas para hacerte quedar mal".