Un hombre de 72 años asesinó a su pareja, de 65 y de origen belga, y después se suicidó en la localidad gerundense de L'Escala, en la que ambos residían, al parecer tras una disputa sobre la propiedad del domicilio familiar, según fuentes de los Mossos d'Esquadra.

El presunto homicida y la víctima, de nacionalidades española y belga, respectivamente, se encontraban en proceso de separación, pero litigaban por saber quién se quedaría con la casa, en cuyo jardín apareció el cuerpo de ella apuñalado y envuelto en una cortina, según explicaron fuentes próximas a la investigación.

En una parcela vecina se encontró al hombre ahorcado en un árbol, aunque previamente había dejado varias notas, la mayoría dirigida a los Mossos, en las que reconocía implícitamente lo que había hecho y denunciaba una conjura contra él para quitarle la vivienda.

La casa pertenecía originalmente a los padres de ella, pero después la adquirió él, aunque la mujer conservó una parte minoritaria de la propiedad.

La investigación confirma por el momento que el hombre asesinó a Annick Chenut, de 65 años y responsable de la inmobiliaria Aires L'Escala, aunque se desconoce la escena del crimen, ya que el domicilio no presentaba ningún indicio de violencia.

Tras dejar el cadáver en el jardín, el homicida supuestamente cogió todas las cosas de la mujer, las metió en el coche de ella y lo llevó a una plaza cercana, donde quemó el automóvil.

Los bomberos recibieron aviso del incendio a las 3.32 horas y, un cuarto de hora antes, el presunto asesino contactó con la hija que tenía de otro matrimonio y le dijo a través de un correo electrónico que no se sintiese culpable por lo sucedido, así como que el asunto de la casa estaba arreglado. Esta persona fue la que, al descubrir a las 7.00 horas el contenido del mensaje, se puso en contacto con el teléfono de emergencias.