Se acabó eso de acaparar la pista de baile o abalanzarse sobre la barra. Habrá que decir adiós también a los saludos que impliquen un contacto físico, incluido dar la mano, y a apiñarse en la entrada de los cuartos de baños a la espera de que quede uno libre. Así lo establece el protocolo que ha elaborado el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) para la prevención del contagio del coronavirus que deberán aplicar las discotecas, pubs, bares de copas y salas de conciertos en su regreso, previsto en la fase 3 de la desescalada, lo que en Galicia podría ser, si todo va bien, a partir del 8 de junio.

La nueva realidad de los establecimientos de ocio nocturno será muy distinta a la conocida antes de la pandemia: los clientes tendrán que mantener la distancia de seguridad o llevar mascarilla y los locales tendrán que eviar las aglomeraciones, tanto en sus accesos como en su interior, y estar equipados con termómetros sin contacto para poder tomar la temperatura de los clientes antes de entrar al local.

Un aspecto más que positivo de esta nueva realidad de ocio es que nunca antes se habrán visto cuartos de baños más limpios, ya que tendrán que ser limpiados un mínimo de seis veces, aumentando la periodicidad en caso necesario, según el borrador, del texto de ICTE, que adelantaban ayer la Cadena Ser y RTVE, y que ahora tendrá que ser aprobado por Sanidad.

Los baños, que tendrán un aforo limitado, deberán desalojarse para su limpieza y contarán con papeleras de apertura mediante pedal y con doble bolsa interior. Asimismo, contarán con dispensador de jabón y papel de secado o secador de manos en todo momento, y el registro de limpieza tendrá que ser visible en todo momento.

Los aforos de los establecimientos se reducirán en un 50% o un 60% de su capacidad. En las taquillas será obligatorio instalar mamparas y las personas que controlen la entrada de clientes deberán llevar mascarillas FFP2.

En el interior, habrá indicadores de entrada y salida en el suelo, para evitar el contacto entre clientes. Para marcar la distancia de seguridad, se colocarán catenarias, cintas o señales en el suelo en los espacios donde sea más necesario, como aseos y zonas de descanso. En las barras también se señalizarán las posiciones que tendrán que ocupar los clientes para ser atendidos.

Asimismo, se fomentará el uso de reservados y el cierre de espacios para la organización de eventos y celebraciones sociales de acceso restringido, y los clientes deberán mantener la distancia de seguridad o llevar mascarilla. Para controlar que se aplican las normas de seguridad, uno de los empleados del local ejercerá las funciones de "controlador de ambiente interno", aunque se apela a la responsabilidad personal de los clientes.

En las terrazas, se evitará disponer de elementos de uso común como servilleteros, azucareros o saleros. Los clientes serán acomodados y no podrán cambiar la configuración de mesas y sillas. Se contará con doble puerta de acceso al local. El mobiliario se retirará, limpiará y desinfectará diariamente.

Se recomienda el uso de vasos desechables, si se opta por vasos de cristal o vajilla convencional deben desinfectarse a más de 80º C. Los camareros deberán llevar pantalla o mascarilla si no se respeta la distancia de seguridad en la barra.

Asimismo, las prendas de los clientes deben protegerse con fundas desechables para evitar el contacto directo y asegurar su higiene. El personal entregará una bolsa al cliente para que este introduzca sus prendas en la misma.

Se recomienda el pago con tarjeta y el datáfono tendrá que desinfectarse después de cada uso. De hecho, la limpieza es uno de los aspectos donde más pone el foco este protocolo. Deberá hacerse con frecuencia también con el local en funcionamiento y prestando especial atención a las zonas de mayor contacto, como mostradores, puertas, pomos, grifos o el botón de la cisterna del wáter.

También se colocarán dispensadores de soluciones desinfectantes para los clientes en distintos puntos del local, sobre todo en los más concurridos, como accesos, barras, guardarropa.