Nueve años después del viaje del transbordador Atlantis, todo estaba listo para que un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX despegase ayer desde el Centro Kennedy de Cabo Cañaveral (Florida) con una nave con dos astronautas de la NASA rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI).

No solo es el primer viaje espacial orbital tripulado desde suelo estadounidense desde 2011, sino el paso final antes de que el Programa Comercial Tripulado de la NASA certifique a Crew Dragon para misiones operativas de larga duración en la estación espacial.

Durante la llamada Demo-2 se van a probar los sistemas de vuelo, el cohete, la nave y el proceso de aterrizaje diseñados por la compañía fundada por Elon Musk. El objetivo es que la NASA pueda enviar a sus astronautas a la EEI en vuelos comerciales desde Estados Unidos en lugar de hacerlo desde Rusia como ha ocurrido desde que terminó el programa de transbordadores con el Atlantis.

También se busca sentar las bases para los planes de exploración futura de la Luna, a partir de 2024, y Marte, a partir de 2030 (Programa Artemisa).

En caso de que por razones meteorológicas el lanzamiento se cancelase hay otras dos fechas: el sábado 30 de mayo y el domingo 31 de mayo.