Santiago Vázquez, director del Centro de Liderazgo Emergente del Instituto Tecnológico de Monterrey (México), destacó ayer en su intervención en directo en IESIDE sin muros cómo el impacto de la Covid-19 ha sido tan relevante que en dos meses se ha evolucionado más en la sociedad y en las empresas en particular que en los últimos 10 años. IESIDE sin muros es una actividad promovida por el Instituto de Educación Superior Intercontinental da Empresa, institución de Afundación, la Obra Social de Abanca.

"Cuando en las clases de management -recordó- solíamos decir que vivimos en tiempos volátiles, complejos y ambiguos, de repente, llegó el coronavirus, un gran cisne negro, un acelerador exponencial de la transformación de la sociedad y específicamente de la necesidad de transformación de las empresas. Todo estaba cambiando muy rápido, y súbitamente dimos un salto cuántico en la evolución".

El director del Centro de Liderazgo Emergente del Instituto Tecnológico de Monterrey ofreció ayer la ponencia "Reinventando los recursos humanos a través del liderazgo emergente" en la que subrayó que en el nuevo contexto, más que nunca, la gestión de las personas no es la responsabilidad de un solo departamento, el de Recursos Humanos, sino una necesidad compartida por todos los directivos y plantilla.

Santiago Vázquez propuso un liderazgo emergente, en el sentido de que es una urgencia, una emergencia: "Esto es tanto así que aquellas empresas que no sean ágiles no van a poder mantener su sostenibilidad en un entorno absolutamente diferente. La nueva realidad estará formada por un nuevo entorno, que ya era distinto y seguirá cambiando, y la función de la gestión de las personas tiene la obligación de reinventarse". El liderazgo emergente que propone el profesor Vázquez se sustenta en un modelo orientado a la felicidad: "Vivimos en un mundo con una gran crisis de liderazgo. Además, la sociedad está viviendo una crisis de felicidad, el gran reto del siglo XXI".