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Vuelta al trabajo, pero poco a poco

Los empleados públicos de la Xunta empezarán a reincorporarse el día 18

En los pasillos de San Caetano se han colocado señales de advertencia en el suelo. // FdV

Hasta finales de junio no volverán a sus puestos en San Caetano, la sede principal de la Xunta en Santiago, la totalidad de los empleados públicos de la administración general autonómica. Pero la reincorporación no será de una tacada, sino que se irá aplicando de forma gradual, empezando el próximo día 18. Ayer, los únicos que estaban en sus sitios eran los pocos que permanecieron activos durante los casi dos meses de vigencia del estado de alarma a pesar que Galicia ha entrado en la fase 1, que permite una mayor libertad de circulación de las personas y la reapertura de más actividades económicas. Lo que sí ha cambiado es que la Xunta ha empezado a preparar las instalaciones para cuando se vayan incorporando los demás trabajadores y se pueda atender al público. Para ello, entre otras medidas, se están instalado mamparas de protección y señales en el suelo de advertencia de la distancia de seguridad y se han identificado los puestos que, por tener asignado un despacho o tener garantías de un cierto aislamiento, se pueden ir cubriendo presencialmente durante el próximo mes hasta que todos -algo más de un millar- vuelvan a San Caetano y a las delegaciones territoriales de la Xunta.

De informar de cómo será esta desescalada de los funcionarios -al margen del personal sanitario, de justicia, de educación y de servicios sociales- se encargó ayer el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Su idea es que en dos meses todo el personal público de la Xunta "esté trabajando". "Esto no quiere decir que hasta ahora no se estuviese trabajando: sí se estuvo. Hay que poner en valor el teletrabajo y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías que permitió que muchísimos empleados estuvieran haciendo su labor, pero desde casa", precisó.

Ayer comenzaron las actuaciones preliminares que permitirán la incorporación gradual de los empleados públicos al trabajo presencial, que será flexible, dependiente de la evolución de la epidemia y con máxima seguridad

Los preparativos consisten en estudiar los espacios disponibles y cómo organizarlos para garantizar la distancia de seguridad de dos metros. De esta forma, se identificará al personal con despacho propios y los espacios que cumplen las garantías. En aquellos que no se cumplan, se evaluarán reorganizaciones o dotación de elementos de separación.

También se consultará con el personal su disponibilidad para teletrabajar o reorganizar los turnos, en el caso de que fuese necesario por motivo de afluencia de personal. Precisamente, la extensión del teletrabajo ha sido una de las cuestiones que los sindicatos han logrado introducir en el plan de desescalada cuya extensión más allá de la pandemia está previsto que se negocie.

La estimación inicial de las actuaciones de desescalada es de una semana. Así pues, antes de pasar a la etapa dos el próximo lunes 18 de mayo, habrá que hacer una evaluación de este primer periodo antes de seguir el proceso, que deberá autorizar el Consello de la Xunta. En cada fase se irá incorporando distinto personal, de forma que la vuelta será escalonada.

Una vez que comience la primera fase, se incorporará a los jefes de servicio o puestos equivalentes y aquel personal que, por sus funciones, no puede teletrabajar, siempre y cuando su puesto de trabajo cumpla los dos metros de seguridad. Seguirán acudiendo los trabajadores de los servicios esenciales como hasta el momento.

Tras al menos dos semanas, y si todo avanza con normalidad, a partir del 1 de junio empezaría la segunda fase. En ella volverá el personal que, sin estar incluido en la primera, tenga espacio propio (como un despacho), así como los trabajadores de las oficinas en las que se cumplen los dos metros de separación entre trabajadores.

La tercera fase, que podría comenzar el 15 de junio, será para todo aquel personal que no pudo incorporarse en las anteriores, y después de haberse realizado los ajustes necesarios en los puestos de trabajo para que se garantice la distancia mínima de seguridad.

En el protocolo también se incluyen pautas de protección individual y colectiva, como la obligatoriedad de que todo el personal público se revise la temperatura antes de ir a trabajar, tenga síntomas o no; la obligatoriedad de higienizar las manos antes de entrar en los edificios o el fomento del uso de medios telemáticos para evitar en lo posible desplazamientos.

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