Por su condición de insularidad y su poca afectación del coronavirus, las ilas Formentera (Baleares), y La Gomera, El Hierro y La Graciosa (Islas Canarias) emprendieron ayer el camino de retorno a la normalidad con una semana de adelanto sobre el resto España. En estas islas, la desescalada comenzó directamente en la fase 1 y no en la 0 como el resto del país. De esta forma, sus habitantes podrán mantener reuniones de hasta diez personas y sus terrazas podrán acoger la mitad de su aforo.

La Gomera necesita recuperar con urgencia la actividad turística. Esta es la primera conclusión a la que se llega tras el primer día de la fase 1 de la desescalada. Tomando por termómetro la actividad registrada en su capital, San Sebastián de La Gomera, la jornada se caracterizó por una apertura comercial mediocre y con un nivel de ventas que genera incertidumbre, frente al casi cero que registró la restauración, segmento en el que solo los bares con terraza respondieron a las expectativas, a medias.

A primera hora, el presidente del Cabildo gomero, Casimiro Curbelo, llamaba a la ciudadanía a la "responsabilidad social para conservar los avances logrados". Tanto en las vías públicas como en los establecimientos que abrieron el denominador común fue el respeto a las normas de seguridad vigentes desde el 14 de marzo, tanto en la distancia social como en el uso de mascarillas y guantes, así como en la disponibilidad de medidas en las terrazas y los locales.

El movimiento ciudadano creció coincidiendo con la salida a la calle de los menores. Una presencia seguida de cerca por efectivos de la Guardia Civil, de la Policía Local y de la Policía Canaria, que ayer desplazó varias patrullas a las islas de La Gomera y El Hierro, por primera vez desde que fuera decretado el confinamiento.

Los empresarios ponen en valor que la Isla reúne las condiciones para la apertura comercial, si bien muchos lo hicieron con incertidumbre, "porque tenemos que pagar una hipoteca y comer, pero con la sensación de que lo trabajado hasta ahora no sirvió de nada. Es volver a empezar y que la gente me reconozca", resumía Braulia, de la boutique Trueque.

También hay coincidencia en que el paso de los días nos devolverá a la realidad. "Esto no tiene nada que ver con la crisis de 2008", dice.

"Apostar por lo nuestro" es la campaña que desde ayer desarrolla el Cabildo de La Gomera para fomentar el consumo del producto local. Está en la línea de lo que reclaman los comerciantes de la isla, quienes "centramos nuestra esperanza en que el vecino de aquí apueste por nosotros". Un problema que no tiene Rosy en su peluquería, donde cada una atenderá a una persona "y con todas las garantías". "Hoy y durante varios días tenemos la agenda llena", afirman.

El restablecimiento de la vida social en esta fase 1 del Plan Nacional de Desescalada encontró ayer las puertas cerradas en los establecimientos hoteleros de la capital gomera "porque sin turismo, no es rentable abrir"; las playas, casi vacías y al Tecina Golf, anexo al Hotel Jardín Tecina, como el primer campo de golf que vuelve a la actividad en España.

En las canarias Gomera, El Hierro y La Graciosa se ve más gente en la calle y algunos negocios abrieron, pero en las tres islas flota la misma incertidumbre: sus economías dependen en mayor o menor medida de un turismo que aún tardará en volver. Lo ve así, entre otros muchos, María Méndez, empresaria con un restaurante en Valle Gran Rey, que ha decidido esperar aún unas semanas más para volver levantar la persiana, consciente de que solo con el cliente local, su negocio no se sostiene.