Otro de los graves problemas que sufre el marisqueo en Galicia es el furtivismo, pero ya no solo dentro de la comunidad, sino del que llega desde Portugal. Allí existe una auténtica mafia (como lo llegaron a calificar los medios del país) que esquilma sus costas en buscar de almeja, especialmente de la variedad japónica, para introducirla en el mercado español. Y los furtivos no han descansado ni durante la pandemia del coronavirus. Solo en abril, la Guarda Nacional Republicana (GNR) informó del a incautación de 4 toneladas de bivalvos en las carreteras del norte y, según indicaron, con destino a España. El primero tuvo lugar en Braga, con 2,5 toneladas interceptadas; el segundo, esta misma semana, en Oporto, con 1,5.