El primer ministro británico, Boris Johnson, conminó ayer a los británicos a no ser "impacientes" y acogerse a las restricciones impuestas contra el coronavirus hasta superar "la primera fase" de la pandemia, entre presiones para que reactive sectores de la economía.

En su reincorporación al trabajo tras recuperarse del Covid-19, el líder conservador dijo que hay indicios de que el país "atraviesa el pico" de la enfermedad, lo que significa que "se está revirtiendo la marea" pero también que es "un momento de máximo riesgo" de fracaso si se suavizan las medidas.

Según las últimas cifras divulgadas ayer por el ministerio de Sanidad, las muertes por el virus en hospitales británicos ascienden a 21.092, tras sumar 360 en un día (por debajo de las 413 anunciadas ayer y 813 el sábado), aunque el número real de decesos es mucho más alto dado que estos datos excluyen los ocurridos en residencias de ancianos o domicilios particulares.

En su discurso delante de su residencia oficial en Downing Street (Londres), Johnson advirtió de que "no se puede precisar" cuándo ni cómo se modificará el confinamiento en el territorio británico, si bien se comprometió a dar detalles sobre su estrategia "en los próximos días".

"Quiero movilizar la economía lo más rápido posible, pero me niego a arrojar por la borda todos los esfuerzos y el sacrificio de la población británica", manifestó.