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Las dos Europas debaten el "plan Marshall"

España plantea ayudas a fondo perdido por 1,5 billones, financiados con deuda perpetua de la UE y no con eurobonos

Las dos Europas debaten el "plan Marshall"

Con los antecedentes del fracaso a fines de febrero para pactar el presupuesto europeo de 2021-2027 y la fractura explícita el 7 de abril entre los países del Norte y del Sur para diseñar una operación comunitaria contra la pandemia, la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE aborda hoy un debate crucial sobre la respuesta del "club de los 27" a los desafíos de la mayor crisis sanitaria desde 1918 y la recesión económica más aguda desde 1929.

España volverá a defender la necesidad de un gran plan de reconstrucción dotado con recursos ambiciosos y a fondo perdido (no reintegrables) y que se pretende que sea adicional a las medidas de préstamo propuestas por la Comisión Europea por un importe de medio billón de euros, y que fueron respaldadas la semana pasada por el Europarlamento y cuentan con el plácet de los socios del Sur.

Estas tres medidas de inyección de liquidez por 500.000 millones, y que precisan el respaldo del Consejo Europeo de hoy, consisten en una línea de crédito a bajo interés del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) por 240.000 millones para asistir a los Gobiernos (sin ninguna condicionalidad económica o política) en sus gastos contra la pandemia; los préstamos del Banco Europeo de Inversiones por 200.000 millones para pequeñas y medianas empresas, y los 100.000 millones del nuevo fondo SURE para apoyar los expedientes de regulación temporal de empleo que eviten los despidos de trabajadores.

Estas tres acciones europeas se suman a la inyección este año de 1,1 billones por el Banco Central Europeo (BCE) en forma de expansión monetaria mediante la compra de deuda pública y privada no bancaria, los 37.000 millones de gasto aprobado por la Comisión Europea para fines estrictamente sanitarios, y el levantamiento temporal de las restricciones del déficit fiscal de los estados para atajar los efectos del coronavirus bajo el compromiso de los gobiernos de retornar al rigor presupuestario una vez finalizada la emergencia.

"Plan Marshall". Sobre las tres propuestas de liquidez de la Comisión debería pronunciarse hoy el máximo órgano intergubernamental, al que el Parlamento europeo -mediante un acuerdo de socialdemócratas, conservadores, liberales y verdes- emplazó la semana pasada a que dé su anuencia y aprobación. Sin embargo, el debate en el que existe más riesgo de tensión no está tanto en el nuevo fondo SURE y en las novedosas acciones del MEDE y del BEI (todas las cuales aumentarían la deuda de los países que se acojan a estos mecanismos) como en la cuarta pata del esquema, consistente en el plan de reconstrucción coloquialmente denominado "plan Marshall" por analogía con el que se desplegó en Europa para superar la devastación de la II Guerra Mundial.

Esta actuación tiene la conformidad explícita de la Comisión Europea (su presidenta, Ursula von der Leyen, que la ha calificado como una necesidad "urgente,"está bosquejando un diseño "ambicioso") y cuenta con el apoyo muy amplio del Parlamento Europeo (que le dio amparo con 395 votos a favor, 171 en contra y128 abstenciones) pero está por ver en qué medida los Gobiernos más ortodoxos (los llamados "frugales") consienten que siga.

La pretensión española, explicada ayer por el presidente Sánchez en el Congreso, es que se dote con recursos de hasta 1,5 billones, que se financiarían con impuestos al CO2 en frontera, a las transacciones financieras y otros, y con deuda perpetua emitida por la CE a muy bajo interés (la UE tiene máxima calificación crediticia o triple A, lo que merma el coste de sus emisiones) y avalada por el presupuesto comunitario. Este diseño es coincidente con el de la Comisión Europea y con el que aprobó la eurocámara el día 17.

Al tratarse de una actuación comunitaria (de las instituciones europeas) y no de los Gobiernos de forma mancomunada, se evita el veto de los países del Norte a la deuda mutualizada o eurobonos: es decir, emisiones que acrecientan el endeudamiento de todos los países para financiar el gasto de los que más lo precisan y sin poder ejercer un control sobre su uso.

Al residenciar el plan en un apalancamiento de la UE sobre el aval de su propio presupuesto se eluden algunas objeciones de Alemania, Holanda y otros países de su órbita pero se aleja de la reclamación francesa de crear un instrumento específico y nuevo. Von der Leyen dijo que el "plan Marshall" debe ser el presupuesto europeo. Sin embargo, esto no garantiza que se solventen los desencuentros.

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