Si los rectores y los decanos/as de las facultades lo consideran necesario para la organización del tramo final de este curso truncado por el coronavirus, podrán fijar exámenes en los meses de julio y septiembre. Así lo señaló la Consellería de Educación, Universidade e Formación Profesional en el encuentro celebrado ayer con los responsables de las tres instituciones académicas gallegas por videoconferencia. "Se pueden utilizar los meses de julio y septiembre completos para las pruebas de evaluación, evitando en cualquier caso la acumulación y la saturación de los estudiantes en una situación que es totalmente nueva para ellos", concretó el departamento educativo en una nota informativa tras el encuentro.

La conselleira de Educación, Carmen Pomar, pidió a los rectores "unir criterios" en lo relativo a las evaluaciones (¿las pruebas serán presenciales, no presenciales o incluso un modelo híbrido?), al calendario de exámenes, a los plazos para la entrega de los trabajos finales de grado y de máster (TFG y TFM, respectivamente) o a la realización de las prácticas, entre otras cuestiones.

En un encuentro telemático con los rectores de la Universidade de Vigo, Manuel Reigosa, el de Santiago, Antonio López, y el de A Coruña, Julio Abalde, la conselleira pidió a las universidades que se coordinen para garantizar a todo el alumnado gallego que "sea tratado de una forma equitativa". La titular de Educación destacó el trabajo realizado hasta ahora por las tres universidades, "que en las últimas semanas formularon una enorme cantidad de normativa", avanzaron en la "mejora de las capacidades tecnológicas del sistema y de formación del profesorado" así como en la "adaptación del personal docente investigador a las nuevas necesidades", con la impartición de aulas virtuales para continuar el curso desde casa.

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Las tres instituciones académicas gallegas aprobarán en los próximos días en sus respectivos Consellos de Goberno las instrucciones para la evaluación. Pomar pide coordinación, considerando, por ejemplo, si hay titulaciones que se imparten en los diferentes campus de las tres universidades y que deberían ajustarse a criterios similares. Esto implica poner en común cuestiones como "modelos de examen", "la viabilidad de que las evaluaciones sean virtuales o las alternativas que se puedan ofrecer al alumnado para lograr medidas con un alto grado de coincidencia", expresan desde la consellería.

En caso de que no sea suficiente junio para evaluar, las universidades podrán hacerlo en julio y septiembre. Pomar propone, al igual que en la docencia no universitaria, flexibilizar contenidos.

"El principio general de las materias del segundo cuatrimestre debería ser flexibilizar, aumentando las posibilidades de elección de los estudiantes", afirmó. Además, la conselleira de Educación defiende que los profesores y los departamentos tengan en cuenta los contenidos impartidos y explicados presencialmente en las aulas a la hora de evaluar a los alumnos para mantener un equilibrio y evitar que los estudiantes se vean perjudicados por las consecuencias derivadas de la suspensión de las clases.