Aún es pronto para conocer la incidencia que tendrá el Covid-19 en el balance anual del sector del automóvil, pero las marcas ya están haciendo sus primeras previsiones. En el caso del Grupo PSA, solo con el paro iniciado el pasado 17 de marzo y el arranque al ralentí programado a partir del próximo 20 de abril -que se extenderá hasta julio-, la estimación para la planta de Vigo es una caída de producción no menor del 20% sobre las proyecciones que había a principios de enero, por lo que Balaídos volverá a quedarse un año más por debajo del umbral del medio millón de coches, según ha podido saber FARO. Esa es una de las razones que ha llevado a la empresa a negociar un segundo ERTE por causas productivas y organizativas para la mitad de la plantilla hasta finales de año. PSA-Vigo trabaja, al igual que otras fábricas de coches en España como las de Ford en Almussafes o Volkswagen en Navarra, para recuperar la actividad el día 20, para lo que está haciendo acopio masivo de piezas y componentes estas semanas para agilizar la vuelta.
La vuelta será gradual, apoyada en un segundo ERTE y con un nuevo protocolo de prevención para evitar contagios entre la plantilla, como adelantó FARO el pasado fin de semana. La crisis del coronavirus y el confinamiento ordenado por el Gobierno, a mayores de las consecuencias que puedan tener en la demanda del mercado y la evolución de la economía, han echado por tierra las previsiones récord que PSA tenía para este año en Vigo, donde se aspiraba como mínimo a superar el máximo histórico de 2007: 547.000 vehículos. La estimación que baraja ahora la empresa, y así se lo ha expresado al comité de empresa en la memoria del ERTE que comenzó a negociarse este lunes -y que continúa hoy-, es la caída de producción para este año sea superior al 20%, por lo que con suerte, Balaídos podría cerrar el año con unos 450.000 coches, un volumen por otra parte bastante superior al de 2019 (406.587).
Eso si la epidemia del Covid-19 lo permite y la reactivación de PSA y de todo el sector se desarrolla sin problemas. Hay que tener en cuenta que gran parte de los proveedores que abastecen a la fábrica gallega están en Francia, Portugal o Marruecos, por lo que no dependerá solo de lo que establezca el Gobierno central. Pero por si acaso, y para tratar de agilizar al máximo la recuperación de la normalidad, PSA ya está haciendo acopio de piezas y componentes que proceden de otros países en nuevos almacenes portuarios.
