Los recortes aplicados tras la crisis económica iniciada a finales de 2008 por la quiebra de Lehman Brothers debilitaron la respuesta del sistema sanitario público en España. Los expertos consultados coinciden en este punto, a pesar del diferente impacto de esos tijeretazos en las 17 comunidades.
Galicia, por ejemplo, perdió entre 2009, año en que el popular Alberto Núñez Feijóo asumió la Presidencia de la Xunta, y 2017 un total de 671 camas instaladas en la red del Sergas, según el Instituto Galego de Estatística: de 7.764 a 7.093. Las que están en funcionamiento pasaron de 6.871 a 6.543, si bien hace dos semanas Feijóo cifró las disponibles en 6.200. Según el Catálogo Nacional de Hospitales, el Sergas tenía 7.534 en 2018.
Eso sí, en la última década, la Consellería de Sanidade recuperó 563 millones, pasando de un presupuesto de 3.546 en 2010 a 4.109 este año. A pesar de ello, en la comunidad se han sucedido en los últimos años las protestas de profesionales sanitarios contra la Xunta, pidiendo más recursos y menos precarización, derivada esta en parte de las restricciones a las contrataciones durante la crisis.
"En los últimos años podemos haber mejorado los presupuestos, pero no la subfinanciación crónica [de la sanidad]. No somos un sistema tan eficiente, somos un sistema barato, que no es lo mismo", opina Boi Ruiz. "El servicio sanitario se encuentra al límite por la falta de inversiones, sobre todo en capital humano", resume Reboredo. Ambos y Antelo reclaman un cambio de modelo para centrarse en la prevención y no en la curación. Es más eficaz y eficiente.
