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PSA-Vigo plantea un ERTE de 90 días hasta final de año para el 50% de la plantilla

Diseña una implantación en dos fases: la primera hasta agosto, y la segunda hasta el cierre del ejercicio

Aspecto de la factoría, paralizada por el Covid-19. // Ricardo Grobas

El expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor al que se acogió la factoría de PSA-Vigo, y que se ha aplicado de igual modo por parte de las demás fábricas en España, expirará cuando dejen de concurrir esas circunstancias excepcionales que han sometido a la industria al actual estado de hibernación. La dirección de la planta ya trabaja en el día después, como publicó FARO: cómo adaptar la plantilla no solo a la fase de reactivación, sino a un mercado que nadie sabe a ciencia cierta cómo va a responder tras el azote de la pandemia, extendida a nivel global. Por este motivo la compañía ha diseñado un ERTE por causas de producción, con el objetivo de amoldarse a un escenario inédito. El expediente, que empezó a negociarse ayer, tendrá una vigencia máxima de 90 días, y se aplicará en dos fases: desde el reinicio de la actividad, hasta agosto, con un segundo tramo hasta final de año, confirmaron fuentes de la representación sindical de CC OO y UGT en la planta de Balaídos. Afectará a 3.466 trabajadores, en torno a la mitad de la plantilla.

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De momento, y hasta que no vuelvan a encenderse las máquinas, los empleados seguirán bajo el paraguas del ERTE por fuerza mayor. La intención de la empresa pasa por retomar la producción el 20 de abril, si bien es una fecha "no confirmada" que dependerá de la evolución del brote y las decisiones que adopte el Gobierno para su contención. De cumplirse este calendario arrancaría en paralelo esta primera etapa del ERTE. La vuelta al trabajo sería progresiva, con un turno por línea durante las dos primeras semanas y, a partir de ahí, el objetivo es doblar cadencias hasta dos turnos por cada línea. El de noche iría a continuación; el cuarto, siempre y cuando la factoría pudiese reabrir el 20 de abril, quedaría para el mes de julio. Las medidas de seguridad y prevención serán muy estrictas, con equipos médicos en cada entrada y controles de temperatura, nuevos protocolos y la distribución de un kit individual de desinfectante y mascarillas para todos los trabajadores.

La segunda fase de implantación del ERTE, como justificó este lunes la dirección de la factoría al comité, quedará imbricada a los patrones de productividad frente a un mercado automovilístico que padecerá las consecuencias de la crisis, con retracción de la demanda interna en distintos países. La primera fase del ERTE tendrá 55 días de vigencia; la segunda, a ejecutar hasta final de año, 35. "No se utilizará la bolsa de horas, se incluirá a los afectados directamente en el expediente", acotó Comisiones. Las negociaciones se retomarán este miércoles, con la intención de sellar un acuerdo el viernes día 10.

La propuesta se conoció el mismo día que la de la factoría de Figueruelas (Zaragoza), también con un ERTE por causas productivas y hasta el 31 de julio. En su caso, la afección sería de unos 70 días por trabajador, con un retorno también gradual al trabajo una vez expire las causas de fuerza mayor que mantienen a la fábrica temporalmente cerrada.

Para digerir los efectos del coronavirus y reforzar su posición de liquidez Grupo PSA ha suscrito una nueva línea de crédito sindicada por importe de 3.000 millones de euros. La compañía que preside Carlos Tavares señaló que esta línea de crédito se suma a otra que tiene confirmada y que no ha sido utilizada por otros 3.000 millones de euros, por lo que el importe total que tiene disponible se sitúa en 6.000 millones de euros.

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