Manuel trabaja por fin con normalidad en Rosslare, el puerto del condado irlandés de Wexford, al sureste del país. El estallido de la crisis del coronavirus le pilló también allí. "La descarga de los barcos de pescado españoles estaba bloqueada por miedo al contagio de la enfermedad a las poblaciones de los alrededores", cuenta. El transportista gallego ni podía llenar el camión, ni tampoco volver a casa. "Ahora hay un protocolo -cuenta por teléfono a FARO- y las cosas están funcionando". De hecho, este es su segundo viaje después de aquella fatídica y desesperante semana "y no tenemos ninguna noticia de que vaya a haber problemas".
El pescado y el resto de la familia del mar concentran más del 10% de las importaciones de Galicia. La partida superó los 2.200 millones de euros el pasado año. La industria agroalimentaria gallega es una potencia productora, especialmente en conservas, pero una parte importante de la materia prima llega de otros países. Algo parecido sucede con otras ramas del sector. La compra de cereal, por poner otro ejemplo, alcanzó los 206 millones de euros. El repentino cierre de las fronteras como escudo a la propagación del Covid-19 provocó un cortocircuito en la logística europea y la cadena de transformación que hay detrás de cada alimento, en un momento crucial por las tensiones en el consumo de los hogares a raíz del confinamiento.
"Los transportistas se estaban negando a realizar los viajes porque les paralizaban en las aduanas, obligándoles a hacer cuarentena y, además, no les quedaba otra alternativo que volver de vacío, cuando lo habitual es aprovechar las rutas para regresar también con carga", explica Sergio Prieto, delegado del Instituto de Comercio Exterior (Icex) en Galicia. "Había empresas que se quejaban de eso, de que no encontraban profesionales del transporte porque las rutas quedaban incompletas y no eran rentables, además de más caras", señala también Roberto Alonso, gerente del Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga).
Así nacieron los "corredores verdes" impulsados por la Comisión Europea en colaboración con las autoridades encargadas de la supervisión del transporte en cada estado miembro para "proteger las cadenas de suministro de la UE en estas difíciles circunstancias y garantizar que tanto trabajadores de mercancías como los de transporte puedan viajar donde se necesiten, sin demora", según argumenta Adina Valean, comisaria de Transporte, en las recomendaciones implementadas. Los países han identificado los puntos de cruce fronterizos internos más relevantes. "Los controles de salud se mantienen, pero no duran más de 15 minutos", explica Prieto, que destaca la importancia de la gestión telemática de todo el papeleo para incidir en la rapidez de los trámites. Se hacen los descansos mínimos necesarios y el transportista no puede desviarse de la ruta marcada, "independientemente de la nacionalidad".
El pescado congelado, la leche y el aceite son ya "las tres grandes commodities", remarca el delegado territorial del Icex, en referencia al término que en economía engloba las mercancías más básicas. "Productos de primera necesidad, en definitiva -añade- con mucha demanda que nos está llegando de Italia, Francia y Alemania, principalmente". "Las empresas siguen exportando, aunque hay que tener en cuenta que uno de los canales de destino de esas ventas también a nivel internacional es el Horeca y eso se ha perdido", apunta Roberto Alonso, de Clusaga.
Los "corredores verdes" son una tabla de salvavidas para la industria agroalimentaria en ambos sentidos. Para el flujo de salida de las mercancías y para la entrada de todo tipo de materias primas, más allá del pescado y los cereales. Galicia es muy dependiente de las comidas preparadas para animales. "Lo bueno en ese caso es que la actividad en los puertos del Estado en Galicia se está manteniendo. "Incluso por los datos que nos van llegando es posible que se incrementen las descargas en mayo y junio", asegura Sergio Prieto.
