Primero fue el 6 de abril (o sea, este lunes), después el 16 y ahora, el 20. El Grupo PSA y la industria gallega de componentes sigue planificando la vuelta al tajo pendiente de las decisiones de Madrid pero también del estado de alarma en Francia, donde están buena parte de los proveedores de la planta de Vigo, con el propósito de retomar la actividad el lunes 20 de abril. De confirmarse, eso sí, será un retorno progresivo que obligará a negociar un nuevo expediente de regulación de empleo temporal (el actual ERTE, por fuerza mayor, está vinculado única y exclusivamente a la fase de alarma) y entre estrictas medidas de seguridad y prevención (se prevé que los operarios lleven todos mascarilla y guantes). Hasta la fecha, PSA-Vigo, en pleno lanzamiento del nuevo 2008, ha dejado de fabricar algo más de 33.000 vehículos, lo que aleja por mucho la meta fijada antes de la crisis para este año, que era batir los 547.000 coches de 2007, su récord histórico.
Pese al ERTE, las reuniones de trabajo en Balaídos son continuas. Ya lo había advertido el presidente del grupo, Carlos Tavares, una multinacional del tamaño de PSA "no sobrevivirá mucho tiempo sin ingresos", por lo que desde Vigo ya se está planificando la vuelta al tajo. Se estimaron inicialmente dos fechas: el 6 y el 16 de abril, pero a la vista de los últimos acontecimientos, ahora se está programando el retorno para el lunes 20. Pero esta nueva fecha, como las anteriores, no está confirmada ni asegurada, porque dependerá de las decisiones que vayan tomando los gobiernos español y de Francia, país donde está buena parte del panel de proveedores de Balaídos y las plantas de mecánica del grupo. Aun así, la dirección de Balaídos, en una reunión con una versión reducida del comité de empresa, ya esbozó cómo sería la vuelta al tajo en PSA: progresiva y con un segundo ERTE.
EN DIRECTO
Coronavirus en Galicia: última hora
Sigue las noticias sobre la incidencia de la pandemia del Covid-19 en la comunidad
Progresiva porque poner en marcha el centro vigués tras un parón de un mes y sin garantías plenas de abastecimiento, y con la cadencia máxima a la que estaba trabajando la fábrica antes del virus se antoja imposible; y con un segundo expediente porque el ERTE por fuerza mayor está vinculado al estado de alarma y la empresa ni nadie sabe cómo van a reaccionar los mercados a la era post-Covid19, por lo que la plantilla quedaría desprotegida, ya no solo durante la progresión del arranque de la actividad, sino durante todo el año. Lo que sí se sabe es que las medidas de seguridad y prevención serán muy estrictas, con equipos médicos en cada entrada y controles de temperatura, nuevos protocolos y la distribución de un kit individual de desinfectante y mascarillas para cada uno de los 7.400 trabajadores de la factoría.
Pérdidas
Cada día de paro de PSA y del sector son decenas de millones de euros que se dejan de ingresar. La planta, desde que detuvo su actividad el pasado 17 de marzo, ha dejado de fabricar algo más de 33.000 coches, truncando además un lanzamiento comercial récord -el Peugeot 2008- que había permitido subir la producción diaria hasta los 2.300 vehículos; y que había impulsado la contratación de trabajadores en el sector, con más de 4.000 incorporaciones en el último año. Incluso Ceaga ha tenido que posponer su asamblea por el Covid-19.
