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El marisqueo, un sector obligado a seguir pero sin mercado al que vender: "Es una ruina"

Las cofradías piden al Gobierno el cese por fuerza mayor y acceder a compensaciones

La lonja de Bueu, ayer totalmente vacía a la hora de la subasta de productos del marisqueo. // FdV

El Gobierno decretó que las actividades esenciales, como las del sector de alimentación, deberían seguir adelante durante la crisis sanitaria por el Covid-19. La pesca es una de ellas y, como tal, todo el sector debe trabajar si es posible para seguir llevando alimentos de primera necesidad a la población. Sin embargo, hay subsectores que se han quedado sin compradores, sin un mercado. Es el caso del marisqueo y los recursos específicos (como navaja o erizo), la actividad que en Galicia emplea a más de 6.000 personas (más de 3.700 personas a pie y casi 2.900 embarcaciones con permex para extraer marisco) que estos días se encuentran en casa sin poder faenar. Sin restaurantes que adquieran sus productos ni depuradoras abiertas para poder realizar los procesos necesarios, "no debería ser esencial y el Gobierno debería corregirlo", lamenta Santiago Cruz, patrón mayor de la cofradía de Noia, que cuenta con 1.500 mariscadores y factura unos 20 millones de euros al año. La suya es de las más potentes de la comunidad en un sector cuyas ventas han caído un 96% según los datos de la Xunta.

Muchas de las cofradías y asociaciones decidieron parar la actividad al desaparecer los compradores. Así lo hicieron por ejemplo en Noia o Vilanova de Arousa. "El marisqueo a pie hace casi 20 días que paró, porque ya de aquella no había salida para comercialización; era sacarlo de mañana para resembrarlo a la tarde", señala la patrona mayor del pósito vilanovés, María José Vales. Otra de las que frenó pronto su actividad fue la Asociación de Marisqueo a Flote da Ría de Vigo, que con 300 embarcaciones acordó cesar la actividad el pasado 17 de marzo.

En aquellas fechas en el sector se daba por hecho que el cierre era "cuestión de tiempo", como señalaba entonces el presidente de la federación de pósitos pontevedreses, José Manuel Rosas. Pero 18 días después todo sigue igual. Las reclamaciones enviadas desde el sector o la Consellería do Mar no han surtido efecto y la única opción que ofrecen desde Madrid es "inviable". "La única solución es que justifiquemos pérdidas del 75% y es inviable porque lo tiene que hacer cada mariscador, uno a uno, cada autónomo. ¡Se saturaría todo!", se queja el presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez, que cree que la situación "es una ruina".

Desde la Federación enviaron sus reclamaciones a los ministerios de Sanidad, Pesca, Trabajo y hasta a Moncloa. Solo respondió el Ministerio que dirige Luis Planas, pero no para cerrar actividad, "solo para decirlos que trasladaba el asunto a la Secretaría General de Pesca", indica Pérez.

Desde la Consellería do Mar pidieron esta semana al Gobierno central que aclare si la actividad es esencial de cara a un posible cierre. Mientras tanto Rosas como Pérez señalan que el sector "está unido" al exigir ya el cese de la actividad por causa de fuerza mayor, con lo que los mariscadores accederían al dinero que cada trabajador del sector paga a mayores en sus recibos de autónomos para situaciones como las riadas o la entrada de toxina. "Tenemos claro que no debería ser esencial, porque el marisqueo no es de primera necesidad", zanja el patrón mayor noiés.

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