"Puede volver a pasar y tendremos que estar mucho más preparados para ello". La crisis del coronavirus ha roto con la sociedad tal y como la conocemos. Tras haber superado el miedo provocado por la faceta sanitaria de esta pandemia, ahora llega la incertidumbre económica. Probablemente, la única certeza sobre la crisis global provocada por el coronavirus es que no es un problema a corto plazo, sino que pasará tiempo antes de que llegue la normalidad. Que llegará, de alguna forma. Lo concluye así Germán Ríos, economista y profesor de IE?University, además de exdirector de Asuntos Estratégicos en Madrid de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, tras haber seguido muy de cerca cada paso del virus en el sistema económico global.

-La duda asentada en la cabeza de todos es qué pasara en la economía una vez termine la cuarentena. Todo apunta a que habrá un pico de consumo, al menos al principio. ¿Y después?

-Lo que va a pasar es que todo va a volver a la normalidad, pero de una forma gradual. No sabemos cuáles serán las consecuencias del fin de cuarentena, por lo que nada va a poder empezar a trabajar automáticamente. En el caso de España, donde casi un cuarto del PIB pertenece al turismo, podemos acabar la cuarentena pero puede haber países cerrando sus fronteras, afectando así al turismo de forma inmediata aunque hayamos pasado el virus. Las primeras en crecer serán las industrias de producción, los restaurantes y los servicios de ocio. Querremos salir y disfrutar. Fue similar a lo que ocurrió en China y Corea: en cuanto la gente empezó a volver al trabajo, gradualmente comenzó la actividad. Pero no fue algo brutal o muy rápido.

-¿Cuáles serán entonces los sectores más castigados?

-El sector servicios ha estado muy castigado, sobre todo la hostelería y la restauración que, en España, son sectores que demandan mucha mano de obra. Estos, además, dependen de las decisiones de otros países. La venta al por menor también debe tenerse en consideración, porque son los que más han perdido por tener que cerrar las tiendas y enviar el personal a su casa, pero se recuperarán mucho más rápidamente que otros en cuanto abran de nuevo.

-Y habrá otros que se desarrollen positivamente.

-Hay sectores muy interesantes que durante esta crisis han demostrado que pueden tener un potencial. El tema de educación "online", por ejemplo, me parece realmente interesante porque puede tener unas implicaciones importantes en el futuro: es posible que muchos profesores de universidad comiencen a usarlo más allá de la cuarentena porque vean que es más productivo o más útil para algunas asignaturas.

-¿Podría la crisis también afectar positivamente en la cultura del teletrabajo?

-Una de las cosas que este virus ha demostrado es que el teletrabajo es factible. Hemos visto su crecimiento. Al final, el teletrabajo contribuye al equilibrio entre trabajo y familia porque te permite distribuir tus tareas y, si lo que le interesa a una empresa es que cumplas con ciertos objetivos, realmente te da igual hacerlo desde casa que desde tu puesto.

-¿Estaba la economía global preparada para la llegada de una pandemia?

-El coronavirus nos ha llevado a dos aprendizajes. Este tipo de fenómeno global de rasgos biológicos, como también lo es el cambio climático, necesita una respuesta global. Yo creo que después de esta pandemia lo que debería pasar es que las economías del mundo se pongan de acuerdo para concluir cómo reaccionar ante un fenómeno como este que hace dos meses ni se planteaba. Por ejemplo, estableciendo protocolos de investigación conjuntos, ahorros de rescate o mejorando mecanismos de coordinación. A nivel estatal, los países ahora también aprenden una lección: hay que tener algún tipo de seguro para poder afrontar este tipo de problemas. Una familia que se enfrenta una situación inesperada normalmente tiene que tirar de ahorros así que, en el caso de los gobiernos, deben aprender a generar fondos reservados para emergencias tan graves como estas.

-Precisamente ahora estamos en pleno debate sobre los llamados "coronabonos" de la Unión Europea. ¿Por qué está hablando el Gobierno de esto? ¿Qué implica en la crisis?

-Lo que va a hacer esta crisis del coronavirus va a ser provocar un fuerte parón en las actividades económicas. Las herramientas que pueden utilizar los gobiernos para tratar de suavizarla va a ser gastar a través de transferencias directas o apoyar a las empresas que peor lo han pasado durante esta crisis. En resumidas cuentas:?hace falta dinero. ¿De dónde puede sacarse? Los "coronabonos" son una forma de conseguir este dinero para gastar a través de la emisión de unos bonos que, en el escenario actual, son especialmente atractivos. Es importante que todos los países de la Unión Europea estén de acuerdo con ello. Lo que estamos viendo ahora es que Alemania y Holanda no están muy por la labor y que sí lo están, obviamente, los que lo están pasando peor y ya venían endeudados de antes, como Italia o España.

-¿Ha tomado nuestro Gobierno las medidas económicas correctas?

-Yo creo que sí que han ido en la dirección correcta. Siempre se puede hacer un poco más, claro, hay ideas que sí que tienen otros países sobre la mesa que el Ejecutivo sí que podría considerar:?por ejemplo, lo que esta haciendo Estados Unidos dando un bono a personas que van a perder el empleo y autónomos que no cuentan con fuentes de ingresos para compensar la pérdida que puedan tener.

-Se ha criticado mucho, por ejemplo, que se haya aprobado una moratoria para las hipotecas pero no para el alquiler.

-Esta precisamente acaba siendo un arma de doble filo: puedes beneficiar con la moratoria de alquiler a los inquilinos pero hay gente jubilada que ha invertido todos sus ahorros en los inmuebles que alquilan y probablemente estos sean su fuente principal de ingresos. ¿Qué pasa con ellos entonces? El Gobierno no ha descartado esta medida, pero para implementarla habría que estudiar primero cómo compensar a las personas que dependen del ingreso de la vivienda que alquilan.

-¿Y los autónomos han salido bien parados del paquete de medidas económicas?

-Hasta ahora las medidas que se han tomado con los autónomos se han basado en postergar pagos, impuestos y contribuciones a la seguridad social, lo que les reduce los gastos pero no les permite generar ingresos. Ahí es donde podría aplicarse una medida similar a la de Estados Unidos que permita apoyar económicamente a este colectivo.

-Entonces, ¿qué recomendación tiene ahora mismo para los autónomos?

-Les diría que esto debería pasar relativamente pronto. Si miramos lo que está ocurriendo en Corea y China estaríamos hablando de un promedio total de distanciamiento social de entre 8 y 10 semanas, básicamente dos meses o dos meses y medio. Eventualmente, una vez que este periodo pase, el autónomo debería ser capaz de volver a una actividad relativamente normal. Durante este periodo de crisis lo más importante es controlar gastos, aprovechar los apoyos que el Gobierno va a dar y, eventualmente, aprovechar para reflexionar porque, así como la vida de todos se esta transformando, seguramente la vida de algunos autónomos también lo haga dependiendo del sector en el que trabaje. Podrán reinventarse los autónomos que prestan servicios de administración de fincas, los asesores fiscales, los conferencistas... Por supuesto, hay otros autónomos que lo tienen más complicado porque dependen de una actividad específica que no puede realizarse ni durante la cuarentena ni teletrabajando.

-¿Cuál será la primera medida económica que se aplique una vez acabe la cuarentena?

-Una vez termine la cuarentena el Gobierno tendrá que hacer un fuerte impulso fiscal. Habrá una demanda muy disminuida y va a hacer falta un empujón para que las empresas empiecen a producir y los servicios se restauren. Es importante diferenciar el "durante" y el "después" en una crisis sanitaria de este calibre. Durante la pandemia el escenario es muy diferente porque hay que centrarse en los gastos básicos: comida, renta y servicios públicos. Sin embargo, cuando salgamos de esta, el papel del Gobierno en términos de gasto público va a tener que centrarse tanto en la inversión en infraestructuras como en el apoyo al empleo e industrias.

-La España Vaciada ha jugado un papel relevante durante esta crisis sanitaria.

-Esto es fascinante por varias razones. Muchas personas se van a dar cuenta de que ante estas coyunturas se va a estar mejor, en algunos casos, lejos del foco de contagio. Pero es que además hay actividades económicas en estas comunidades que son interesantes y que se pueden desarrollar. Por ejemplo, el cambio de consumo puede provocar el crecimiento de producción orgánica que se da en las zonas de la España despoblada. La crisis sanitaria hubiera sido mucho más complicada sin la producción de estas zonas agrícolas y ganaderas. Hay países donde la gran cantidad de alimentos que se consumen son importados. En una crisis biológica como esta, que implica a todos los estados a nivel global, con las fronteras cerradas y cada país intentando proteger a su población, la producción doméstica se hace completamente esencial. Todo lo que hemos oído hablar de la seguridad alimentaria y de poder producir localmente tu producto creo que va a ser clave hacia el futuro porque, si algo ha demostrado el virus, es que somos vulnerables.