No es que sea difícil escoger una única canción de los Beatles para estos Cuarentena Principales, es que resulta casi un sacrilegio. Por de pronto vienen la la cabeza títulos como "Help" ("Socorro") o "We can work it out" ("Podemos arreglarlo"), entre muchos otros, para ponerle banda sonora a este confinamiento de buena parte de la población mundial, pero quizá el tema "beatleliano" que más optimismo nos puede insuflar en estos momentos de zozobra, cuando las medidas de encierro se han endurecido aún más, es "Hey Jude", con su largo coro final capaz de unir multitudes en un solo cántico sencillo y universal:

Na na na na na na na, na na na na, hey Jude

La canción, concebida en las sesiones del "White album", fue publicada como el primer sencillo en la historia del sello Apple, creado por los propios Beatles, y fue un éxito mundial.

Paul McCartney la escribió pensando en el hijo de John Lennon, Julian, que entonces tenía cinco años y estaba sufriendo la separación de sus padres. Corría el año 1968 y Lennon se fue a vivir con Yoko Ono. Cynthia, su pareja y madre de Julian, había pasado de ser parte destacada del círculo más íntimo del grupo a casi "persona non grata", para disgusto del bueno de McCartney, que tuvo el detalle de ir a visitarla a ella y al niño. En el trayecto, según cuenta la leyenda, compuso este "Hey Jude", que al principio se titulaba "Hey Jules", pero luego lo cambió por "Jude" porque le pareció que "sonaba un poco mejor".

En la letra, McCarney le canta directamente a Julian, consolándole e instándole a que no tenga miedo cuando, en el futuro, encuentre el verdadero amor.

Hey, Jude, no tengas miedo

Fuiste hecho para salir a buscarla (?)

Y cada vez que sientas dolor, oye Jude, déjalo

No cargues el mundo sobre tus hombros

Sin embargo, John Lennon creyó que la letra iba dirigida directamente a él por su ruptura con Cynthia y su nueva vida con Yoko Ono, un romance tan intenso que cercenó la posibilidad de cualquier colaboración compositiva con McCartney. Cabe interpretarla también como una especie de mensaje inconsciente de MCartney para sí mismo, ya que comenzaba una relación con quien a la postre sería la mujer de su vida, la fotógrafa Linda Eastman, tras haberse comprometido formalmente meses antes con la actriz Jane Asher.

El propio Paul McCartney probó la idoneidad de la canción tocándola ante varios grupos y músicos amigos.

Después de la cuarta estrofa, hacia la mitad de este largo tema (más de 7 minutos y 11 segundos en el sencillo original), "Hey Jude" deviene en un largo coro que invita a todo el mundo a unirse. Es un clásico de las giras de Paul McCartney en solitario, uno de los momentos más esperados y celebrados en cada uno de sus directos. Una de sus interpretaciones más memorables fue la del Concierto por Montserrat (1997), tras la erupción catastrófica de un volcán en aquella isla caribeña, conocida entre otras cosas por haber albergado los estudios de grabación Air, de George Martin, productor de los Beatles, y lugar donde se han creado innumerables álbumes de artistas como The Rolling Stones, Dire Straits, The Police, Stevie Wonder y el propio Paul McCartney. La instalación, por cierto, lleva 30 años en ruinas, desde que lo destruyó el huracán Hugo. Sobre el escenario del Royal Albert Hall de Londres, McCartney al piano y voz principal, acompañado por Elton John, Eric Clapton, Sting, Mark Knopfler, Phil Collins (batería), un emocionado Carl Perkins y muchos otros músicos de postín. Quienes apoquinaron 850 dólares de entonces por una entrada para ver aquella pléyade no se arrepienten en absoluto de la inversión.

Hoy recordamos "Hey Jude" como un himno emocionante y optimista, una canción que nos une y que nos invita a cantarla en jovial coro vecinal desde los balcones de nuestras casas. Como nos aconseja Paul McCartney en la letra, debemos convertir esta triste canción que nos ha tocado interpretar en algo mejor.