Las restricciones impuestas en los velatorios y entierros al inicio del confinamiento por el coronavirus se han revelado insuficientes. Por esta razón, desde ayer se aplican en Galicia nuevas medidas preventivas aprobadas por la Xunta. Entre ellas, se limita aún más la asistencia de público a las salas de vela, que solo podrán ser de ocho personas como máximo, y a las inhumaciones, que no sobrepasarán las veinte. Además, quedan prohibidas todas las muestras de condolencia a los familiares mediante el contacto físico (besos o abrazos) y los enterramientos tendrán que ser exprés, pues todas las ceremonias de culto religioso o civiles quedan aplazadas hasta nuevo aviso.
"En estos momentos se está produciendo un incremento del número de fallecidos y entre ellos cada vez son más los diagnosticado con el Covid-19", argumenta la Consellería de Sanidade en su disposición recogida ayer en DOG, que entró en vigor desde el mismo momento de su publicación. "Esto, junto a la dificultad que están teniendo las empresas del sector para la adquisición de los EPI (equipos de protección individual) necesarios, motiva la adopción de medidas complementarias a las previamente establecidas", añade Sanidade en la exposición de motivos de sus instrucciones adicionales.
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Desde que se decretó la emergencia sanitaria en Galicia, hace justo dos semanas, el Gobierno autonómico ya había implantado una serie de restricciones para frenar la propagación del coronavirus, como que el aforo de los tanatorios y salas de vela quedaba reducido a un tercio de su capacidad y que a los cortejos fúnebres como máximo podían asistir 25 personas.
Pero ahora se va más lejos en las limitaciones de la movilidad y el contacto social "para reforzar la seguridad de aquellas personas más vulnerables (ancianos, personas con pluripatologías o inmunodeprimidos) con el objetivo de evitar la exposición al coronavirus y minimizar el riesgo de transmisión".
Se siguen permitiendo los velatorios, tanto en tanatorios como en domicilios particulares, pero cumpliendo determinadas normas independientemente de la causa del fallecimiento. No podrá haber más de ocho personas por cada sala de vela y se tienen que respetar, en todo caso, los dos metros de separación entre cada una. Además no deben asistir al duelo aquellas personas que presenten síntomas respiratorios de cualquier tipo.
También se exige desinfectar o lavar las manos antes de acceder a las instalaciones, así como después de usar el libro de pésames o ir al servicio. La Xunta también incide en que deben evitarse las manifestaciones de condolencia a las familias que conlleven un contacto físico, como abrazos, besos o apretones de manos. Por supuesto, los servicios de cafetería o restauración tienen que permanecer cerrados.
En cuanto a los entierros, las comitivas no podrán superan las 20 personas de acompañamiento, guardando entre todas ellas una separación de dos metros y evitando también todo tipo de muestras afectuosas que impliquen el contacto entre los participantes.
Además, se recuerda que hay que seguir las directrices del Ministerio de Sanidad para el acondicionamiento de los cadáveres empleando una bolsa sanitaria estanca autorizada para este fin. En el caso de no disponer de bolsa sanitaria estanca, se utilizará un doble sudario de plástico que garantice la manipulación y conducción de los cadáveres de forma segura y pulverizar igualmente con desinfectante, algo que ya están haciendo las funerarias.
