"Hace cinco días me ingresaron en el hospital por una neumonía bilateral, más que probablemente derivada del coronavirus. Ahora, después de pasarlo muy mal y viendo que voy evolucionando, me gustaría contaros un poco. Esto es serio y también afecta a los jóvenes", comienza subrayando el periodista coruñés Israel Remuiñán Seoane, de 26 años, desde su cuenta de Twitter.

El inicio de la pesadilla del coronavirus recorriendo su cuerpo lo recuerda así: "Hace dos semanas empecé a encontrarme mal. Con fiebre (38,2ºC) y mucho dolor de cabeza. Por detrás de los ojos, muy intenso. Era el día de mi cumpleaños y me tumbó en la cama. Me dolían todos los músculos del cuerpo, como si un coche me hubiese pasado por encima. Fueron 3 días".

Con ibuprofeno y paracetamol tiró hacia adelante: "Me puse bien", recuerda, antes de comenzar su encierro: "En cuanto tuve el primer síntoma no se me ocurrió salir de casa. Tenía dudas sobre si podía ser el Covid-19, pero a los dos días mi compañero de piso empezó con los mismos síntomas y con un poco de tos. Yo pensé que lo había superado". No fue así. "Tres días después me costaba un poco respirar. Pero no le di importancia, pensé que me estaba sugestionando. Pero el caso es que fue a más y me desperté de madrugada. Me encontraba bastante mal", relata el joven periodista.

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No quedó otra que acudir a la medicina: "No quería ir a Urgencias, los hospitales están saturados, pero al llamar al número me dijeron que fuese. Solo se debe ir si a los síntomas del covid le sumas la dificultad respiratoria clara. Y allá fui. Me hicieron la prueba, una radiografía y me pusieron mascarilla". En Urgencias solo pensaba en despertarse pronto del mal sueño: "Pensé que me iba a ir a casa. Soy joven, no fumo, no tengo enfermedades de ningún tipo, más allá de algún pico de asma por alergia... y tengo 26 años. Pero en la placa se veía la afectación pulmonar y tuvieron que ingresarme".

El diagnóstico fue crudo: "'Tienes neumonía bilateral, seguramente por coronavirus. Vamos a ponerte en tratamiento y a ver qué pasa. Tienes a tu favor que eres joven'". Solo le dijeron eso. "Es un virus desconocido, no tiene un tratamiento específico, es experimental y no te prometen que te vayas a curar". Sin anestesia.

"¿Por qué sabían que era neumonía de covid? Por la forma de expandirse, en forma de pecas. No comienza en una parte en concreto. Por eso es peligrosa y afecta casi siempre a los dos pulmones. Si tardas en reaccionar se complica todo mucho, es vital el diagnóstico precoz", narra el joven, que prosigue con su relato: "Esto es experimental. El virus no se conoce pero parece que este mix de tratamientos está siendo el más eficaz. Todo en aislamiento total. No te pueden acompañar familiares y los sanitarios (auténticos héroes) entran en la habitación jugándosela".

"Los dos primeros días fueron terribles. Estaba en shock. Es durísimo. Me costaba respirar y la ansiedad hacía que me costase más. No tenía fuerzas para coger el teléfono, estaba destrozado. Y los médicos no te pueden decir que te vayas a curar, básicamente porque no lo saben", explica Israel.

El tercero seguía con dificultad respiratoria y fiebre. Tuvieron que ponerle oxígeno y administrarle orfidal para dormir. "El coco te da muchas vueltas", dice. "Te imaginas mil situaciones. Solo rezar y hablar con mi madre hacía que me calmase", cuenta.

En planta del centro observa "un hospital desbordado; son casi todo abuelos, la inmensa mayoría solos en las habitaciones; escuchas carreras, gritos, mucha tos". Pero ve el final del túnel: "Ahora llevo casi 3 días algo mejor. Parece que mi cuerpo responde. Lo notas en que respiras casi normal, que tienes más apetito y te apetece hablar. Tampoco tengo fiebre".

La primera prueba salió negativa. Le hicieron otras dos. Una por la nariz, "muy molesta", y otra por la garganta, más molesta. "Hoy (por la tarde del día 23) me animo a tuitear porque la doctora me ha dicho algo positivo, al fin. Siendo muy cautos. Si la próxima placa sale bien, podría incluso irme a casa. Y me alegro infinitamente... porque hacen falta camas. Soy un privilegiado. Veo las fotografías de Ifema y se me parte el alma", explica Israel, que anoche fue dado de alta y se deshace en elogikos hacia "los héroes" del personal hospitalario.